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Desdén de Corbin pone a los Yankees en situación de urgencia

En los negocios nunca se puede dar algo por hecho hasta que no se estampen las correspondientes firmas en un contrato.

Cuando parecía que el destino de Patrick Corbin no podía ser otro que los New York Yankees, el equipo de sus amores en la infancia, el lanzador zurdo torció el camino y se fue a la capital, tras pactar con los Washington Nationals por seis temporadas y 140 millones de dólares.

Corbin ocupará en los Nacionales el vacío dejado por el zurdo Gio González en la rotación que encabeza Max Scherzer y tiene como miembros seguros a los derechos Stephen Strasburg y Tanner Roark.

La decisión del serpentinero, que pasó sus primeras seis temporadas con los Arizona Diamondbacks y que era la pieza más codiciada en el mercado de lanzadores agentes libres, coloca a los Yankees ahora en una situación de urgencia.

Nueva York tiene un staff de abridores incompleto, que lidera el derecho dominicano Luis Severino y componen además el diestro japonés Masahiro Tanaka y los zurdos James Paxton y C.C. Sabathia.

El desdén de Corbin por el equipo de sus sueños, como él mismo había dicho públicamente, deja al veterano zurdo J.A. Happ como la principal opción de los Yankees para llenar una vacante que parecía tener dueño.

Happ, de 36 años, tuvo un paso efímero, pero brillante por la Gran Manzana, durante la segunda mitad de la campaña del 2018, al dejar marca de 7-0 en 11 aperturas, con efectividad de 2.69.

Y aunque en la serie divisional ante los Boston Red Sox fue castigado con cinco limpias en dos entradas (22.50), es un hombre que históricamente ha tenido buenos resultados ante los archirrivales de los Yankees, con balance de 8-4 y efectividad de 2.98 en 22 juegos.

El presidente del equipo, Randy Levine, habló recientemente a los medios y dijo que la gerencia estaría dispuesta a hacer los gastos necesarios para cubrir las necesidades del equipo, ya sea escribiéndole grandes cheques a agentes libres o consiguiendo las piezas por la vía de canjes.

Otras opciones que no deberían descartarse son el también zurdo Dallas Keuchel, quien no tendría objeción a afeitarse su larga barba por el precio correcto, o el derecho Nathan Eovaldi, un viejo conocido que ya tuvo una estancia en los Yankees entre el 2015 y el 2016.

Lo interesante es que aquel inconsistente Eovaldi no era el de hoy, recuperado ya de la cirugía Tommy John que lo alejó del juego todo el 2017 y que parece haber alcanzado finalmente su punto de madurez.

Los Yankees lo sufrieron en carne propia cuando el derecho los abusó en la serie divisional con el uniforme de Boston y con gusto tratarían de atraerlo a sus filas de nuevo.

La urgencia es reforzar el pitcheo, que le permita al equipo avanzar más allá de lo que llegó en el 2018.
Ya habrá tiempo luego para pensar en piezas caras, pero innecesarias, como Bryce Harper o Manny Machado.