<
>

¿Llegarán algún día Bonds y Clemens a Cooperstown?

Se le está acabando el tiempo a Barry Bonds y a Roger Clemens para entrar al Salón de la Fama de Cooperstown por el voto de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

El camino de Bonds y Clemens hacia la inmortalidad ha sido cuesta arriba en las boletas, con ganancias ínfimas cada año.

Y con sólo tres oportunidades más, es difícil predecir si los votantes de la BBWAA les abrirán las puertas de Cooperstown en el tiempo que falta.

El líder jonronero de todos los tiempos y el siete veces ganador de premio Cy Young debutaron en las papeletas en el 2013.

Aunque los números de ambos bastan y sobran para merecer la exaltación, la sombra de los esteroides ha empañado dos de las carreras más brillantes que ha habido en Grandes Ligas.

Por eso, en su primer año de elegibilidad, Clemens logró apenas un 37.6 por ciento y Bonds un 36.2.

En el 2014 retrocedieron, pues El Cohete solamente sacó 35.4, mientras que el toletero consiguió 34.7.

En el 2015 recuperaron el terreno perdido el año anterior, al obtener 37.5 Clemens y 36.8 Bonds.

Un salto notable dieron en el 2016, al conseguir el serpentinero un 45.2 por ciento, mientras que el ex jardinero de los Pittsburgh Pirates y los San Francisco Giants logró 44.3.

En el 2017 volvieron a ganar bastante terreno y por primera vez obtuvieron más de la mitad de todos los votos.

Clemens fue respaldado por el 54.1 de los miembros de la BBWAA y Bonds por el 53.8.

Pero a partir de ahí, las ganancias han sido escasas, de apenas dos o tres puntos porcentuales.

El año pasado subieron a 57.3 Clemens y 56.4 Bonds y en la más reciente votación, en la que el panameño Mariano Rivera se convirtió en el primero electo de forma unánime, el laureado pitcher ascendió a 59.5, mientras que el siete veces ganador del premio al Jugador Más Valioso llegó a 59.1.

Desde que el ex lanzador debutó en las boletas en el 2013, hasta la fecha, la ganancia promedio por año en las votaciones ha sido de 3.18 puntos porcentuales.

En el caso de Bonds, la media de mejoría anual ha sido de 3.27 por ciento.

Esto significa que de mantenerse ese paso, en el 2022, último año de elegibilidad de ambos, Clemens debería finalizar con 69.04 por ciento y Bonds con 68.91, bastante lejos del 75 por ciento requerido.

Obviamente, esto es sólo una tendencia, que no necesariamente tiene que comportarse así en las próximas tres oportunidades.
Lo curioso es que hasta el cómputo de la mitad de los votos emitidos y que habían sido revelados por el colega Ryan Thibodeaux, los dos superaban el 70 por ciento, que si bien no les alcanzaba para entrar esta vez, los ponía a las puertas del Templo de los Inmortales para el 2020.

Siempre que un candidato obtuvo un año más de 70 por ciento, en la siguiente ocasión entró al Salón de la Fama.

Pero cuando se dio a conocer el resultado completo de las 425 boletas emitidas, lo que parecía una ganancia porcentual monumental se desplomó como castillo de naipes.

El problema es que ni las Grandes Ligas, ni el Salón de la Fma, ni la BBWAA han dictaminado directrices concretas sobre cómo deben tratarse los peloteros sospechosos de consumo de esteroides.

Ojo, digo esteroides y no sustancias prohibidas, porque muchos de los presuntos usuarios habrían apelado a ellas cuando no estaban proscritas.

Entonces, lo han dejado todo al criterio de cada votante, a pesar de que la propia MLB se aprovechó de la situación después de la crisis provocada por la huelga de peloteros que obligó a la suspensión de la Serie Mundial en 1994.

Por ese criterio individual, vemos como Bonds y Clemens suben pasito a pasito cada año y Sammy Sosa se hunde, mientras que Mark McGwire ya salió de las papeletas después de sus diez años.

Y lo inconsistente del caso es que ya hay algunos que en algún momento fueron también sospechosos de usar esteroides y hoy tienen su placa en el Templo de los Inmortales.