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Osorio y un Tri con cuatro cabezas, pero acéfalo

LOS ÁNGELES -- Juan Carlos Osorio ha revelado que en la toma de decisiones de la selección mexicana interviene un comité compuesto por tres jugadores.

Alex de la Rosa y Paco Gabriel de Anda, asignados especiales de ESPN en la Copa Confederaciones, tienen dos de los nombres: Rafa Márquez y Andrés Guardado. ¿El tercero? ¿Miguel Layún? ¿Chicharito? ¿Héctor Moreno? ¿Guillermo Ochoa?

¿Será, este comité de consulta la desesperación de Juan Carlos Osorio por encontrar respuestas que no están en los apuntes en tinta roja en su libreta? ¿O ya se le agotó la tinta azul? ¿O se le secó la tinta azul por falta de uso?

¿O será acaso una respuesta a que le cortaron los brazos?

1.- Santiago Baños abandonó al Tri para una vida más excitante como presidente deportivo en el Nido del América...

2.- 'Pompi', para los amigos, Luis Pompilio Páez para usted, debió quedarse con la selección de cobre para la Copa Oro...

O estará ejerciendo el irrefutable Principio de Murphy: "El trabajo en equipo es esencial: te permitirá echarle la culpa a otro".

De esta manera, implica Osorio, hasta las rotaciones demenciales entran en una dinámica del grupo. Es decir, no es sólo el técnico, sino también este triunvirato adjunto.

O como se dice en México: "Estamos equivocados todos ustedes".

Las culpas, y sus consecuencias se sufren menos divididas entre la democracia del error. Es un acto de escapismo individual del patíbulo del ridículo y el fracaso. El capitán se baja primero del Tri-tanic.

Analista de ESPN, Paco Gabriel de Anda, ex mundialista, el defensa central que tiene más goles y títulos en el futbol de México, reflexionaba que en su carrera como seleccionado y en clubes, encontraba proclividad de algunos entrenadores al diálogo, la consulta y la apertura, pero no a la usurpación de funciones del trabajo del entrenador.

Coincidía con Paco Gabriel el propio Manuel Lapuente, el técnico más sabio en México, quien aceptó que en la conquista del título de la Copa Confederaciones 1999 dialogaba y se acercaba a jugadores de gran personalidad como Pável Pardo, García Aspe, Claudio Suárez, Ricardo Peláez, Jorge Campos, e incluso Cuauhtémoc Blanco, entre otros.

"Pero, que ellos intervinieran en cómo jugaba el equipo y en una alineación era imposible. Ni siquiera lo sugerían. Entonces, creo que eso que dice Osorio es otra de sus mentiras", puntualiza Lapuente.

Insisto: ¿Será que el abandono de Baños y de 'Pompi' dejan en la orfandad de toma de decisiones, análisis, criterios, ideas y recursos a Osorio?

Aclaremos algo: he tenido oportunidad de dos convivencias distintas con Osorio. Una en una charla de más de una hora con gente de la FMF presente. La otra con su señora esposa como anfitriona.

Y Osorio, como la mayoría de los colombianos que conozco, es un caballero. Es un tipo culto y es una buena persona buena, sí, así, una buena persona buena. Un estudioso incansable del futbol, con una enorme habilidad para diseccionar al adversario.

Y agreguemos algo: la historia de vida del técnico colombiano es admirable. Desde un método de formación profesional bajo sus recursos, su atrevimiento, su aventura, y hasta con la solidaridad absoluta en el sacrificio familiar.

"Usted puede dirigir en cualquier parte del mundo", le dijo alguna vez Pep Guardiola a Osorio, y el colombiano está convencido de ello.

Pero, también, pude detectar que más allá de su convicción en la metodología de su trabajo, Osorio es un ser humano urgido, necesitado, del reconocimiento a su labor. No le basta la autosatisfacción, sino que necesita, desesperadamente, el balcón público del vítor.

Y quien se siente huérfano, abandonado, por la veneración masiva, refleja un sentimiento interno de inseguridad, de ansiedad al respaldo.

Este viernes, sin embargo, la franca, honesta, abierta revelación de este comité de tres jugadores en su selección nacional, deja condicionada su credibilidad y su autoridad, especialmente en un ambiente tan insano y resultadista como es el futbol, como es una selección nacional, y como es el roce voluble con el jugador mexicano.

¿Tienen todas las respuestas Márquez, Guardado y el tercer invitado? ¿Tienen respuestas más objetivas y menos prejuiciadas ellos que la experiencia del entrenador?

Ojo: la solidaridad, por conveniencia y oportunismo, debe interpretarse como complicidad. Y entonces, reitero, se presenta la democracia del error o el error de la democracia.

Y termina, entonces, siendo, un Tri de cuatro cabezas, pero, en realidad acéfalo.