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Almeyda tiene lobos, pero no tiene manada

LOS ÁNGELES -- Matías Almeyda no será despedido. Lo sabe. Su conciencia reposa y retoza tranquilamente en la caja de caudales de Jorge Vergara. Más de seis millones de dólares, el código de barras de su finiquito.

No es que El Pelado sea un cínico, pero ayuda saber que tiene un seguro de vida. Eso le permite trabajar sin histerias. Pero el tiempo lo azuza. Cuatro puntos de 18 posibles.

Chivas esta semana va al Parián de Querétaro y después recibe, en donde juega como huésped, en su estadio, al Pachuca. El Guadalajara es favorito, pero esa palabra ya acobarda, lamentablemente, a sus jugadores.

Y los cuervos están de luto y los buitres de fiesta. Los promotores de técnicos en desempleo, tienen ya listo el teléfono de Vergara. ¿Higuera? El árbol de su propio Judas.

El Rebaño que se remueve inquieto en la tribuna, tiene aún fe en Almeyda. Más, incluso que la que parecen tener sus propios futbolistas. Pero fe no basta. "A Dios rogando y con el mazo dando".

¿Cuándo, dónde y cómo se devaluó Almeyda? ¿O se devaluó el espíritu de sus futbolistas? ¿Usar al entrenador de pararrayos es lo más sencillo?

Vale, sin duda, preguntarse si El Pelado perdió el control de la testosterona y de las extorsiones espirituales de sus jugadores. Porque algunos son tristes remedos de su verdadero potencial.

¿Será que a Rodolfo Pizarro y a Orbelín Pineda les basta un título? Investidos ambos con notables cualidades, hoy no juegan, hoy eligen la punzante mediocridad de ser pusilánimes. La burguesía los ha castrado.

Y como ellos están El Conejo Brizuela y La Chofis López, a quien su entrenador quiso rescatarle la masculinidad deportiva, pidiendo que se le llamara Lalo.

¿Alan Pulido? Sus fantasías heroicas al liberarse de secuestradores eunucos o de ser el Vin Diesel de sus correrías nocturnas en las avenidas de Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque, han sido lo más relevante de su anecdotario. Sobrevive ileso e iluso a secuestros y accidentes, pero en la cancha es más frágil que cadera de nonagenario.

Por momentos, este torneo, Chivas ha demostrado, a cuotas, ese arrepentimiento estoico de reconocer su fracaso el torneo anterior. Pero con cuatro puntos de 18 posibles, bajo ese ritmo de rendimiento, con dos derrotas esta semana, estarán eliminados de este mismo torneo.

Ciertamente, hoy, los hombres recios que dieron a Chivas el título en junio de 2017, no cubrirían los trámites de gallardía, compromiso, pasión y audacia para competir con sus correligionarias de la Liga Femenil. Hay más actitud en las campeonas de Jorge Vergara que en los campeones de Jorge Vergara.

Sin duda, el vestuario aún no digiere el trato a Oswaldo Alanís. El Pelagatos 2.0 de Vergara, según promulgó Ricardo Peláez, dejó zanjas profundas y supurantes entre jugadores, cuerpo técnico y la institución. Mintió a todos y desencadenó rencores.

"El poder de la manada es el lobo y el poder del lobo es la manada", dice un proverbio chino. Almeyda tiene lobos pero no tiene manada. ¿La perdió o se la hurtaron?

La lealtad al entrenador está bajo juicio. Y no es un problema sólo de Almeyda. Es un problema de los conformistas que se embriagaron con el champaña de un título de un torneo corto. Qué estrecha es su hambre y que amplia su cuenta bancaria.

Y El Pelado sólo ofrece lo que le queda: trabajo. La frase se ha convertido en una mentira por tanto manoseo. "Sólo con trabajo saldremos adelante".

Pero... ¿Trabajarán más horas? ¿Doble sesión de entrenamiento para que sólo les queden fuerzas y ánimo para su único compromiso? ¿El cinturón de castidad del agotamiento?

Más allá de las bendiciones que tenga que trabajar a puerta cerrada, también es necesario que el aficionado apriete, que exija. El rebaño del Rebaño debe recordar que la decepción no es ante Monterrey, ante Puebla y ante Santos. No para ahí.

La deuda de Chivas, de cuerpo técnico y jugadores de Chivas, tiene un torneo y la mitad de otro cotizando en la amargura y la decepción de sus seguidores.

Y en este momento, Matías Almeyda busca un director deportivo, para que no le busquen otro director técnico. Tiene un seguro de vida de más de seis millones de dólares, pero Jorge Vergara ha pagado eso y más por romper procesos.

Aldous Huxley escribió que "el burgués es el animal humano perfecto, domesticado por sus vicios". Pizarro, Pulido, Alanís, Brizuela, Orbelín... la alineación completa. Los Once del Patíbulo.