<
>

Martino no quiere ser el Tata de nadie

LOS ÁNGELES -- Úsase el término "Tata" en América Latina para identificar al abuelo, al padre, al patriarca, al tutor. A ello obedece el sobrenombre de Gerardo Martino.

Sin embargo, el miércoles dejó en claro que no le interesa ser el Tata de nadie en el Tri, si se tratase de convencer a algún remilgoso o encaprichado para que sea reclutado por la selección mexicana.

Hace bien. No es su papel. Durante el Mundial de Rusia se hizo evidente la rebelión de jugadores que buscaban mejores condiciones en el Tri.

Después del sopapo ante Suecia y la eliminación ante Brasil, las fracturas empezaron a brotar como hiedra. Javier Hernández ha sido el más activo en embestir en redes sociales y en un par de entrevistas con ex futbolistas.

Pero Tata Martino no quiere ser mediador ni interceder entre los vestigios de malas voluntades entre directivos y algunos futbolistas. ¿Para qué desgastarse en el fuego cruzado de repartir culpas?

En la FMF hay inquietud. Hace meses, un directivo del Tri habló con Javier Hernández. Una charla prolongada, que aparentemente había concluido en buenos términos. ¿Qué ocurrió? Apenas una hora después, un mensaje cifrado -según él--, contra los dirigentes.

"¿De qué se trata si habíamos platicado y llegado a una armonía, y de repente ¡zas!, la publicación?", confió gente de la FMF a este reportero.

Chicharito ha entrado al pelotón de prescindibles del Tri. Debe reconocérsele que más allá de los cientos que siembra para cosechar tormentas al interior de la selección, él, se mata en la cancha vestido de verde. Pero, ya no basta.

Por eso, Martino dejará que las heridas abiertas las laman entre sí los jugadores inconformes y los directivos que defienden una forma de manejar al Tri por décadas. La sumisión es un requisito, y hoy no hay un Rafa Márquez capaz de estabilizar situaciones fuera de control.

Y en este momento, en la banca, con actuaciones disparejas, distraído en la cancha, Javier se ha convertido en un candidato a una cómoda exclusión del Tri sin grandes explicaciones.

Ido Dennis Te Kloese, ahora queda en manos de Guillermo Cantú y Gerardo Torrado, auxiliados tal vez por Gilberto Hernández y Mauricio Culebro, para establecer un peligroso "borrón y cuenta nueva".

Pero, para cualquiera de las pretensiones de Gerardo Martino, lo más saludable es que el futbolista llegue libre de prejuicios al trabajo de cancha.

Porque, debe quedar claro, de la mala experiencia que dejó el manejo de grupo del Tri en el Mundial de Rusia, deben aprender ambas partes, el jugador para defender sus sueños y el directivo para defender su chamba.