<
>

El Piojo 'gana cuando quiere'; lo malo, que tiene razón

LOS ÁNGELES -- "Cuando este equipo (el América) quiere ganar, gana". Sin asomo de pudor, humildad o recato, alardeando, soltó la artillería Miguel Herrera.

1.- Lo bueno: que tiene razón.

2.- Lo malo: que tiene razón.

Ciertamente, las Águilas han demostrado que al tope de su capacidad pueden generar un futbol implacable, generoso, letal.

Pero, ciertamente, El Piojo se olvida que América no es un equipo piojoso, que no debe ganar sólo cuando quiera, sino cuando deba, es decir: siempre.

Y si no, entonces, ese cacareado #ÓdiameMás queda como una fanfarronada, como un alarido mediático sin consenso ni impacto en el vestuario ni en el técnico que tolera que su equipo gane, sólo cuando quiera.

La aseveración de Herrera es compatible con sus números: de los equipos clasificados a la Liguilla, es el que tiene más derrotas: seis. Tijuana tiene siete, pero aún debe definir con Puebla, quién se arrima a la Fiesta Grande.

Con ocho victorias y seis derrotas, la frase de El Piojo se revierte. Porque, entonces, un equipo capaz de ganar cuando quiera, ha querido poco, para sumar seis humillaciones en 16 juegos.

De acuerdo al diagnóstico de su técnico, entonces el plantel americanista sólo ha querido ganar el 50 por ciento de los juegos que ha disputado. Bastante poco su deseo, para una de las nóminas más costosas y elitistas de la competencia.

Imagino, sin embargo, que a pesar de que sólo quiere ganar un juego sí y otro no, según sus números, los jugadores y el cuerpo técnico cobran puntualmente salarios y premios una quincena sí y la otra también. Ya quisiera gran parte de su afición ese privilegio.

Pero, lamentablemente tiene razón Miguel Herrera. Esos días soleados del América, encandilan. Lástima, entonces que los nubarrones vengan desde dentro del vestidor.

Es decir, si Mateus Uribe supera emocionalmente sus crisis personales; si Ibargüen osa dar más que su caracoleo intrascendente; si Henry Martín y Roger Martínez se sacuden el grillete mental por la presencia de Nico Castillo, y si éste se saca el miedo a jugar con América, o si Ibarra se atreve a ser constante, por citar ejemplos, ese día, sí, América puede ganar porque quiere, pero...

Comentábamos en el anterior Blog que esas lagunas u océanos de rendimiento del América no deberían ser tan preocupantes. Así llegó a la Final y la ganó en el Apertura 2018. Quiso y pudo, en términos de El Piojo, en el Juego de Vuelta ante Pumas y en la Final de Vuelta ante Cruz Azul.

Sin embargo, alegórico, farandulero, mediático, Miguel Herrera suelta esas pifias sabrosonas, bravuconas, desafiantes, como aquella, tras ganar la Copa Mx, de que para competir se vería obligado a jugar interescuadras, porque en el horizonte veía puras víctimas.

Y entre su conflicto despiadado contra el VAR y los árbitros, Miguel Herrera palpa el potencial de su equipo, y aún con la trémula clasificación de este Clausura 2019, él entiende que puede y debe soltarles la rienda a sus jugadores, después de ganar la Copa Mx, pero esas seis derrotas subrayadas, demuestran que a veces, la muñeca le tiembla.

Para su infortunio, visita al Veracruz. Seguramente con el tianguis de piernas del futbol mexicano -mal llamado Draft-- tan cerca, los jugadores de Tiburones tratarán de utilizarlo de aparador para revaluarse.

Los jugadores de Veracruz verán al América en la Jornada 17 como la mejor bolsa de trabajo posible. Más allá de Jurado, todos saben que aquel que logre sobresalir ante el América podría conseguir su salvación económica y laboral.

Pero, ya lo dijo Miguel Herrera: "Cuando este equipo (el América) quiere ganar, gana". Ahí viene la Liguilla, qué mejor escenario para corroborarlo.