El nombre de Mike Anchondo era muy conocido para el boxeo argentino allá por 2005. Después de todo, le había ganado por puntos a Julio Pablo Chacón, medalla de bronce en los Juegos de Atlanta y ex campeón mundial pluma. Todo un talento que no pudo ante Anchondo, tal vez entre otras cosas por haber peleado en super pluma cuando él era un pluma natural, en un combate que fue por la corona super pluma vacante WBO.
Hace veinte años, Jorge Rodrigo la Hiena Barrios estaba en total vigencia. Dos años antes, en 2003 y en Miami, había perdido con Acelino “Popó” Freitas, totalmente bañado en sangre y demostrando que era un guerrero de verdad.
De hecho, la tarde del combate, la Hiena Barrios reunió a su equipo en su habitación y los arengó de esta manera: “En esta pelea está totalmente prohibido tirarme la toalla, pase lo que pase y como sea, yo elijo como perder”.
Freitas cayó dos veces en los rounds octavo y décimo primero y la Hiena Barrios, con una máscara de sangre, cayó también en el décimo primero y aunque lo salvó la campana no pudo recuperarse y terminó perdiendo por nocaut técnico en el último tirando golpes con los ojos cerrados por la desesperación y su vergüenza de peleador.
La gran victoria de la Hiena Barrios ante Anchondo hace 20 años
El 8 de abril de 2005, la Hiena Barrios y Anchondo se vieron las caras por el campeonato super pluma de la WBO, en poder del norteamericano conocido como “Super Mike”. A los 23, con 24 peleas, todas ganadas, con 18 nocauts, era una especie de niño mimado del boxeo norteamericano.
La Hiena Barrios ya andaba por los 28 y sumaba 42 peleas ganadas, 2 perdidas y 1 empate. Bastaría mencionar su batalla con “Popó” para comprender que el acero de sus armas estaba más que bien templado y probado.
La pelea se realizó en el Miccosukee Indian Gaming Resort y llegó a la Argentina a través de ESPN con los comentarios de Walter Vargas y los relatos de este periodista. Edición especial del programa “Noche de Combates”.
“La Hiena” Barrios, bautizado así por el colega Mariano Del Águila, era llamativo, provocador, soberbio y por momentos irritante. Era una especie de José María Gatica reencarnado: trajes llamativos, anteojos ahumados, era capaz hasta de venir en limusina a una fiesta de premiación de periodistas solo para atraer la atención.
Detrás estaba Rodrigo, el hombre. Antes de esa pelea había perdido a un hijo y un amigo y estaba mucho más golpeado por la vida que por los guantes. Fanático de Tigre, amigo de sus amigos, había empezado a ir a la escuela para progresar y aprender.
La pelea con Anchondo, finalmente, no fue tal. Nunca sabremos qué pasó con el campeón, que llegó al pesaje con 2,100 kilos de más por lo que perdió la corona antes de defenderla. Le pagó a la Hiena Barrios una multa de 30.000 dólares y si aceptó subir al ring, fue por temor a un juicio por no cumplimiento de contrato. ¿Cómo podía intentar ganar así?
Desde el comienzo, la Hiena Barrios salió como una topadora. El árbitro Tom Kimmons le hizo dos cuentas por caídas, una en el tercero y otra en el cuarto. Y le descontó dos puntos al argentino en el cuarto porque en su desesperación por rematarlo, le pegó en el suelo mientras, desesperado, Anchondo iba gateando a su esquina pidiendo clemencia. Finalmente, su técnico Buddy McGuirt subió al ring a los dos minutos del cuarto round y decretó el abandono de su pupilo. Barrios, era el campeón mundial número 27 del boxeo argentino.
Su promotor, Mario Arano, estaba exultante porque tenía contrato con Golden Boy Promotions y De la Hoya tenía muchos planes para La Hiena Barrios.
El ocaso de la Hiena Barrios
De aquel chico conflictivo que tuvo no solamente contacto con la droga sino, como le confesó a Eduardo Bejuk -el periodista que más lo conoció en la intimidad-, hasta debió salir armado a la calle. Llegó a hacer una lucha en “Titanes en el ring”, cantaba música tropical y adornaba cada una de sus salidas con su característica risa.
El 24 de enero de 2010, en Mar del Plata, en un choque múltiple en cadena, murió Yamila González, una chica de 20 años embarazada de seis meses. El choque fue de otro auto pero la Hiena Barrios igualmente fue condenado y cayó sobre él la condena social.
Hoy en silencio, sigue con su vida, alejado de los medios y de todo aquello que terminó siendo la peor pesadilla de su existencia.
Queda el campeón, aquel que gracias al boxeo pudo haber hallado su redención y que una noche, acarició el cielo con las manos.