Brasil, el nuevo monarca mundial

La selección brasileña aportó, tras su triunfo en la final ante Rusia, un nuevo cetro mundial al deporte de ese país que vive un año mágico, tras un torneo apasionante y con un podio renovado

CARNAVAL BRASILEÑO EN EL LUNA
El estadio Luna Park de Buenos Aires se tiñó de amarillo y verde tras el título mundial conseguido por Brasi, que venció 3-2 a Rusia en la final. El capitán Nalbert, con la Copa, encabeza la vuelta olímpica
(Fotobaires.com)
BUENOS AIRES -- La selección brasileña de voleibol aportó, tras su triunfo ante Rusia (3-2), un nuevo cetro mundial al deporte de ese país que vive un año mágico, tras un torneo apasionante que desembocó en un podio repleto de caras nuevas en el panorama internacional.

Rusia, como subcampeón, y Francia, revelación de esta edición, coparon los primeros puestos. Sus antecesores en los puestos de honor del Mundial 98: Italia, Yugoslavia y Cuba, respectivamente, cedieron el protagonismo a una nueva generación de jugadores que demostraron una enorme fortaleza mental a lo largo de quince excitantes jornadas.

Todos los intentos fallidos de los brasileños por alcanzar el oro mundial pasaron ya al olvido. Los hombres de Bernardo Rezende "Bernardinho", muchos de ellos recién nacidos, no recordaban una tarde del 15 de octubre de 1982 cuando en el Luna Park, la entonces Unión Soviética desplazó a su antigua selección a la segunda plaza.

Bernardinho sí lo rememoró. El estaba en el campo, como colocador suplente. El domingo, ante 10.000 aficionados que abarrotaban ese ya mítico estadio, saldó una deuda de veinte años.

Poco antes, Argentina e Italia dirimieron la quinta plaza. Más allá del triunfo de los italianos (3-2), la huella imborrable de ese partido fueron las grandes despedidas. Hugo Conte, Javier Weber y Jorge Elgueta, tres mitos del voleibol argentino lucían por última vez la camiseta albiceleste.

El conjunto anfitrión había sido arropado incansablemente por su afición a lo largo de nueve partidos. Jugadores y aficionados se convirtieron en un único equipo. Juntos compartieron la tristeza por la eliminación en cuartos de final (ante Francia), pero se mantuvieron inseparables hasta la clausura.

Italia, tricampeón del mundo hasta ese instante, parecía un mero convidado a un banquete donde no se sentía nada cómodo. Los italianos, inmersos en una profunda renovación generacional, buscan ahora nuevas sendas para recuperar el prestigio perdido.

Los yugoslavos, obsesionados desde su llegada con un único objetivo, el oro, se fueron sin dejar rastro. Desde el pasado día 10, cuando Brasil les eliminó en semifinales, se fueron a la deriva. Francia les dio el puntillazo definitivo (3-0) y les arrebató el único de los consuelos posible: el bronce.

Para Portugal y Grecia, el Mundial 2002 quedará también como uno de sus más bellos recuerdos. Los portugueses, el equipo más joven y de menor estatura de los veinticuatro participantes; y los griegos, anfitriones de los próximos Juegos Olímpicos, se situaron entre los ocho mejores.

Fueron ellos quienes desplazaron a selecciones como España, Holanda, Estados Unidos o Polonia, que habían acudido con mejores cartas de presentación y que se derrumbaron en la segunda ronda.

Cuba, bronce en la pasada edición y eliminada en la fase preliminar, fue la gran perdedora de este torneo que ha inaugurado una nueva era en el voleibol mundial. Su próxima cita será en 2006, en Japón.

- EFE

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