<
>

Cómo Joey Porter Jr. vive ahora el otro lado del campamento de los Steelers

Primero como recoge-balones y ahora como el primer recluta de segunda ronda, el novato tiene la experiencia a su favor en Pittsburgh

LATROBE -- Las noches de Joey Porter Jr. en el campamento de entrenamiento de los Pittsburgh Steelers siempre solían terminar del mismo modo.

Un recoge-balones durante sus días de secundaria y preparatoria, el esquinero pasó tres semanas metido en el ir y venir diario de la franquicia de su padre --y la suya futura-- cada mes de agosto. Ser un recoge-balones de los Steelers tiene sus privilegios: vivir en los dormitorios cerca de los jugadores de la NFL, recibir la repetición ocasional en contra de talento de Pro Bowl y aprender el juego de un coach futuro miembro del Salón de la Fama. Pero, también viene con tareas monótonas y poco glamorosas, incluyendo pasar el trapo a los balones cubiertos de residuos.

Con un saco para los ovoides, un cepillo y una cubeta llena de químicos para la limpieza, Porter y el resto de los recoge-balones --un grupo de entre 10 a 12 cada verano-- terminaba cada noche sentados detrás del gimnasio, limpiando de tierra y pasto cada hendidura del balón.

No era una tarea rápida, especialmente para un Porter adolescente.

"Nos podía tomar hasta cuatro o cinco horas, si solo estabas procrastinando, que era el problema de Joey", dijo Sean McCaskill Jr., quien se hizo amigo de Porter durante su tiempo como recoge-balones. "Era grandioso para comenzar, pero terrible para finalizar".

Mason y Dino Tomlin, hijos del head coach Mike Tomlin y cercanos a la edad de Porter, solían pasearse por allí, tentando a Porter con el balón de baloncesto y los juegos de video en el dormitorio. A menudo, Porter cedía y abandonaba su estación.

"El tallado de los balones era la peor parte de todo", reconoció Porter, meneando la cabeza. "Lo divertido era, cuando lovía, había que sacar la lona al campo y todos los jóvenes tenían que hacer eso. Pero limpiar los balones, simplemente trato de olvidar esos momentos".

De acuerdo a su propia evaluación, Porter era un recoge-balones "promedio", pero la ética de trabajo y el profesionalismo que aprendió desde la banca y en los dormitorios en el campamento de entrenamiento de los Steelers fue una parte formativa de su camino de regreso a Latrobe, esta vez como el recluta N° 32 global del Draft 2023 de la NFL para los Steelers.

"Recuerdo cuando éramos pequeños, y los fans decían 'Joey', estaban llamando a su padre, y ahora es al revés", comentó McCaskill. "Para nosotros que portábamos la ropa de recoge-balones, a ahora, él está en la NFL y jugando para los Steelers, y su padre jugó allí. Eso es bastante loco".

Porter se puso por primera ocasión ese uniforme de recoge-balones --una playera amarilla, pantaloncillos cortos negros y calcetas negras del equipo-- cuando su padre, el celebrado linebacker externo Joey Porter Sr., regresó a Pittsburgh como asistente defensivo en el 2014 después de jugar para los Steelers de 1999 al 2006. En ese verano, Porter fue a laborar a St. Vincent College junto a su padre como recoge-balones, junto a su padre y con otros hijos de los Steelers. Porter se hizo amigo rápidamente con los hijos de Tomlin, que iban en la escuela con McCaskill, y Porter completó la cuarteta.

"Eso es lo que me gustaba del Coach T y del [ex entrenador en jefe de los Steelers] Coach [Bill] Cowher, ellos permitieron a nuestros hijos venir y quedarse en el campamento", expresó el ex esquinero de los Steelers, Ike Taylor, cuyo hijo Ivan fue un recoge-balones por un año con Porter. "Ellos han estado aquí antes, no como jugador, sino como un chico y viendo lo que se necesitaba, viendo el trabajo duro ... El escenario no es demasiado grande porque se les permitía estar aquí, especialmente durante las ocasiones en que ganábamos Super Bowls y en los playoffs".

Además del tallado de los balones después de las prácticas, Porter y los otros chicos eran responsables de estar al tanto de los balones durante los entrenamientos. Eso significaba prestar atención a los ejercicios y rápidamente acorralar y recoger los balones que se escapaban con fumbles y pases errados.

"Ellos quieren todo al momento", dijo el ex back defensivo de los Steelers y actual elemento de los Cincinnati Bengals, Mike Hilton, quien estuvo con el equipo mientras Porter era recoge-balones. "Ellos quieren el yardaje correcto. Quieren estar a tiempo con la ofensiva. Si llegabas un poco tarde, lo escuchabas de Mike. ... No importaba [si eras uno de legado]. Si estabas sobre ese campo, sea que fueres recoge-balones o aguador o preparador físico, jugador, te iba mal".

Aunque algunos chicos sintieron la ira de Tomlin por estar distraídos, Porter se mantenía en el vestidor durante la práctica.

"Yo nunca quería ser ese tipo", confesó Porter. "Coach T siempre dice, 'No seas ese tipo'. Así que nunca quise ser ese tipo. Siempre corría, sea lo que sea que necesitaran de mí. Simplemente, trataba de hacer lo mejor".

Para Porter y sus amigos, ser un recoge-balones de los Steelers era casi igual de bueno que estar en la plantilla.

"Cundo éramos recoge-balones, nos sentíamos como jugadores", recordó McCaskill. "La gente nos pedía autógrafos y cosas así, y solamente éramos unos chicos".

Ellos vivían en Rooney Hall junto a jugadores y adheridos a su horario. Jugaban videojuegos con ellos, e incluso recibieron algunas repeticiones uno a uno contra ellos en los entrenamientos, enfrentando a algunos de los mejores receptores abiertos de la liga. Porter ya sabía de la vida de la NFL por su padre, pero estar rodeado de jugadores actuales en el campamento de entrenamiento le brindó una mayor ventaja mientras se alistaba para su propia carrera universitaria y de NFL.

"Todas las cabezas viejas me apoyaban y me daban sugerencias y pistas sobre lo que necesitaba hacer al siguiente nivel", relató Porter. "Cuidar tu cuerpo, lo que esperan los coaches de ti, lo que el gerente general desea ver de ti".

Y, lo escuchaban de los propios coaches, también. Porter, McCaskill y los hijos de Tomlin a menudo se unían al head coach en su dormitorio --uno "mucho más grande" que el de los jugadores, recuerda Porter-- para estudiar el video de las prácticas y hablar de la vida.

"Eso era genial porque podías ver la perspectiva de un coach de la NFL sobre cómo ve las cosas", describió McCaskill. "Éramos más jóvenes, así que obviamente no sabíamos en realidad de lo que hablaba, pero conforme crecimos, las cosas que decía, todo se está haciendo realidad ahora, especialmente para Joey".

Taylor, quien observó a Porter crecer cuando él jugaba para los Steelers al lado de Porter Sr., es ahora un visor para backs defensivos en la organización. Pasa la mayoría de las prácticas observando silenciosamente a Porter, solamente dando el paso cuando todo ha terminado, para ofrecer sugerencias en cuanto a su técnica. No le sorprende que Porter se mantenga calmado y en control, incluso después de estar del lado equivocado de una atrapada viral de George Pickens.

"Lo ha visto antes", comentó Taylor. "Fue un recoge-balones, así que ha visto los campamentos de entrenamiento. Escuchó a [el ex coordinador defensivo de los Steelers,] Dick LeBeau, decirles, 'Dejen ir esa jugada. los necesito para la que viene'. Así que está instalado en él. Y para jugar como esquinero, debes tener ese rasgo. Sí, puedes estar molesto y no hacer la jugada, pero al mismo tiempo, mis compañeros me necesitan en la jugada siguiente. Debo dejar ir esa última jugada".

Estando inmerso en el campamento de entrenamiento les brindó un vistazo a la vida que deseaban y les permitió soñar sobre el día en que ellos podían canjear las playeras amarillas por un jersey en negro y dorado.

"Siempre estaba en nuestras cabezas", admitió McCaskill, ahora jugado fútbol americano de División II para Indiana University of Pennsylvania [IUP]. "Pudimos sacar algo de eso, simplemente seguir trabajando".

Porter hizo justamente eso a inicios de este año cuando los Steelers lo convirtieron en el primer recluta de la segunda ronda. Ahora, los roles se revierten, y como recuerda lo que era portar esa playera amarilla, Porter hace todo lo posible por entablar amistad con los recoge-balones.

"Siempre platico con los recoge-balones", dijo Porter. "Tengo un corazón especial para ellos. Sé lo que están atravesando. Es mucho. Tienen mucho respeto de mi parte".

Información de Ben Baby fue utilizada en la redacción de esta nota.