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Jordan Reed no dejará de jugar por conmociones

ASHBURN -- La historia de conmociones del ala cerrada de los Washington Redskins, Jordan Reed, no ha sido razón para que deje de jugar. Pero Reed admitió que intentó ocultar la más reciente.

Reed ha sufrido al menos cinco conmociones desde que empezó a jugar futbol colegial, tres de ellas han ocurrido después, ya en la NFL. Pero Reed no ha tenido el pensamiento de dejar el emparrillado como otros jugadores lo han hecho en los últimos años. Chris Borland se retiró de San Francisco hace dos años, en parte, por miedo a las conmociones.

“No, es una opción la forma como quieres manejarlo”, dijo Reed, quien firmó una extensión de contrato en la primavera que le garantiza 22 millones de dólares. “Yo tengo mi propia forma de manejarlo”.

Una forma de manejarlo es tener descanso después de que ocurre. Reed admitió que sabía que probablemente había sufrido una conmoción después del tercer cuarto, contra Baltimore, en la Semana 5. Atrapó otro pase dos jugadas después, pero lo comentó con los coaches y los doctores durante el juego.

“Lo mantuve para mí, tenía un terrible dolor de cabeza, lo sentí durante todo el juego y seguí. Al día siguiente me sentía bien y después con una serie de ejercicios comencé a sentirme peor”, comentó.

Reed, quien se perdió la victoria del domingo sobre los Philadelphia Eagles, permanece bajo el protocolo de conmoción. Hizo trabajo limitado en la práctica del miércoles, usó protecciones y el jersey amarillo que significa que no debe haber contacto. Reed vería al médico del equipo el miércoles y, el viernes, a un doctor independiente para saber cuál es su estado para el juego del domingo en Detroit.

La temporada pasada Reed se perdió dos juegos por conmoción y, su año de novato, 2013, lo terminó con cuatro juegos perdidos por la misma situación. En el pasado ha dicho lo mismo que el miércoles, que no va a dejar de jugar por una conmoción, y que su familia ha hablado con él de esto.

“Siempre muestran su preocupación, porque les importa mi salud más que cualquier otra cosa. Pero yo tengo que cuidar de mi familia y hacer lo que sea necesario”, dijo Reed.

El jugador señaló que los médicos no le han dicho por qué es propenso a las conmociones, especulando que quizás las que sufrió en su época como colegial fueron demasiado malas. Mientras no está preparado para dejar el juego con 26 años, tampoco es ciego sobre los efectos a largo plazo.

“Vienen a mi mente algunas veces, pero rezo mucho, tengo fe en Dios de que voy a estar bien, es lo que hago. Trato de no preocuparme y lo dejo todo en manos de Dios, pase lo que pase”.