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Houston vuelve a la normalidad tras épico Super Bowl LI

HOUSTON -- El Super Bowl Live ya sólo será un recuerdo anecdótico de la ciudad y la sede de la NFL Experience se convirtió de nuevo en sólo un gigantesco salón del Centro de Convenciones.

Las calles del centro por fin abrieron en su totalidad sin las restricciones vehiculares que vivieron los habitantes en Houston durante 10 días anteriores y el servicio de transporte público opera ya sus rutas habituales.

El martes, Houston volvió por completo a la normalidad y recuperó su habitual apariencia en el principal cuadro de la ciudad, donde cientos de personas levantaron desde el lunes todas las huellas de la organización de un Super Bowl LI que resultó uno de los más memorables.

"Fueron 10 días increíbles que serán recordados en la historia de nuestra comunidad", dijo el alcalde de Houston, Sylvester Turner, durante la entrega de la estafeta como ciudad sede a Minneapolis, que será la sede de la edición LII del juego por el título de la NFL.

De acuerdo al Comité Organizador del Super Bowl LI, 140,000 personas visitaron la ciudad la semana previa y dejaron una derrama económica de alrededor de $350 millones.

La principal área acordonada para los festejos previos al partido de campeonato de la NFL, el Super Bowl Live, recibió 1.3 millones de personas durante toda la semana, señaló en un comunicado Kevin Cooper, presidente de comunicación del Comité Organizador.

El NRG Stadium, escenario del milagro orquestado por Tom Brady y los Patriots, comenzó su limpieza de adornos conmemorativos en cuanto silbó el réferi el final del partido.

El lunes y martes parecía que no había sucedido nada en Houston. Hasta las grandes imágenes de los principales jugadores de los Patriots y los Atlanta Falcons ya habían sido retiradas, así como los cientos de tiendas de campaña, albergues, puestos de seguridad, y demás artículos relacionados con la organización del encuentro habían desaparecido.

De nuevo, el NRG Stadium y el complejo de entrenamiento frente a él eran otra vez sólo la casa de los Houston Texans.

Uno que otro despistado aún buscaba tomarse fotografías y mercancía del Super Bowl, aunque sin éxito.

La tienda principal del Super Bowl LI vio grandes filas de prospectos a clientes desde el lunes casi al amanecer, quienes se tuvieron que formar un buen rato para tratar de aprovechar la rebaja anunciada de 50 por ciento en los precios.

Sin embargo, la desilusión fue grande cuando ingresaron y se dieron cuenta de que la mercancía era mínima y los precios, pese al descuento, no habían bajado mucho.

Las tiendas de deportes y centros comerciales tampoco tenían casi nada.

"Nunca había visto algo así", dijo un periodista deportivo de Dallas, que ha cubierto los últimos siete Super Bowls. "Hubo demasiada gente y todo se acabó".

La Ciudad de Houston declaró la organización del Super Bowl LI como un éxito que superó las expectativas en todos los aspectos, aunque el martes por la tarde aún buscaban el jersey que robaron a Brady y con el que ganó su quinto campeonato para convertirse en el quarterback con más títulos en la historia moderna de la NFL.

Incluso, la policía de Houston ya había pedido desde el lunes ayuda de las fuerzas de seguridad conocidas como Texas Rangers (Policía Estatal de Texas) para auxiliar en la búsqueda.

Mientras, el director del Comité Organizador del Super Bowl LII, Maureen Bausch, dijo que ya comenzaron la cuenta regresiva para la celebración del evento y revelaron su logotipo.

"Dejaron la vara demasiado alta aquí en Houston, pero estamos listos ya para tratar de superar el nivel organizacional", anticipó Bausch.