DALLAS -- Comenzar la temporada 2017 sin Tony Romo ha resultado más extraño para Jason Witten ha que para el resto de los Dallas Cowboys.
El eterno ala cerrada de los Cowboys y el quarterback de origen mexicano llegaron juntos a Dallas la primavera de 2003. Eran dos jóvenes llenos de sueños de triunfo, ambiciones y metas.
Sin embargo, ambos llegaron con diferentes expectativas: Witten como jugador seleccionado en la tercera ronda del Draft egresado de la Universidad de Tennessee y Romo como un completo desconocido y con escasas posibilidades de quedarse en el equipo como agente libre, luego de que nadie se fijó en él durante el reclutamiento colegial.
Sin embargo, durante 14 temporadas juntos, Witten y Romo construyeron dos de las carreras más sólidas en la historia de los Cowboys, las cuales no pudieron coronar con algún campeonato.
“Nunca sabes cómo va a funcionar este negocio. Es difícil ganar partidos en la NFL. Estoy emocionado por su nueva carrera”, dijo Witten en exclusiva a ESPN Digital sobre la nueva faceta de Romo como analista. “Seguramente tardaremos en asimilar que (Tony) ya no está con nosotros. Sé que tendrá una carrera exitosa en televisión“.
Ambos llegaron a Dallas el mismo dìa y compartieron transporte del aeropuerto a las instalaciones de entrenamiento de los Cowboys y luego a su hotel, donde fueron compañeros de habitación. Esos fueron los primeros pasos en la construcción de una de las amistades más entrañables que se han visto en el futbol americano profesional, dentro y fuera del campo.
Romo y Witten se conectaron en 649 ocasiones para 7,287 yardas y 37 touchdowns. Fueron la primera pareja quarterback/ala cerrada que se combinó para más de 600 pases completos.
Sólo Dez Bryant atrapó más envíos de Romo que Witten.
Fuera del campo, además de su amistad, Witten y Romo llevaron vidas pero paralelas. El ala cerrada se casó primero y tuvo tres hijos; Romo tardó un poco más en contraer nupcias, pero una vez que lo hizo con una ex reportera del canal de televisión de los Cowboys, también tuvo tres hijos.
“Llegamos juntos y muy jóvenes. Crecimos juntos en este deporte, experimentamos el éxito, el fracaso. Es cuando te das cuenta de que el tiempo pasa rápido“, señala Witten. “Siempre le digo a mis compañeros que aprovechen cada minuto aquí, mientras puedan jugar con los Dallas Cowboys. En el caso de Tony, sé que está súper motivado y muy contento con su nueva vida“.
Romo anunció su retiro en febrero pasado para convertirse en analista de NFL con la cadena CBS, mientras que Witten está en su décimo quinta temporada, consolidando una de las carreras más prolíficas para un ala cerrada en la historia de la liga.
Y el aún jugador parece estar más motivado que nunca con un espectacular arranque de campaña en el que ya suma 17 recepciones para 156 yardas y dos Anotaciones en los dos primeros partidos.
“Mi gran motivación es ganar un campeonato. Esta organización, la familia Jones, el coach (Jason) Garrett, la afición lo merecen. Pero es un deporte difícil, una liga muy cerrada y el margen de error en la NFL es muy pequeño“, destaca Witten, de 35 años.
“Tenemos que trabajar en la ejecución, en evitar los errores, en aprender a jugar en ambientes hostiles. Tenemos que encontrar la manera de llegar lejos en Postemporada. Hay que encontrar la forma de hacer jugadas cuando más se necesitan. En eso está enfocado nuestro equipo“, agrega.
Witten es dueño de casi todas las estadísticas trascendentes no sólo para alas cerradas de los Cowboys sino para cualquier receptor. Es el actual líder de la franquicia en yardas (12,044) por recepción, partidos de 100 yardas (21), pases completos (1,106) y es el quien más pases atrapados tiene entre los jugadores activos de su posición y sólo segundo de todos los tiempos.
“Es un hombre especial. Witten ha sido un mentor para mí. Me ha escuchado cuando he estado abajo, me ha hablado cuando estoy arriba.”, señala el corredor de segundo año, Ezekiel Elliott. “Simplemente ha sido una inspiración para mí y una de las principales razones para salir y jugar mejor. Merece todo lo que tiene“.
Lo único que le hace falta a Witten es un anillo de campeón para marcharse de la liga en paz.
“Para lograr campeonatos, hay que olvidarse de eso y sólo estar concentrado en el hoy, en el ahora, en el trabajo diario, partido a partido. Esa es la mejor oportunidad que puedes tener ahora mismo“, afirma Witten.
Buscar un título de Super Bowl es una oportunidad que su amigo Romo ya no tendrá.
“Me duele, porque Tony merecía ganar el campeonato. Jugó al más alto nivel. Nadie tenía los estándares tan altos como él en este equipo“, asegura su amigo Witten.
Sin embargo, el ala cerrada está consciente de que la vida para los Cowboys debe continuar sin Romo.
“Tony fue el primero que me dijo, ‘No permitas que mi situación se interponga entre el equipo tú. Ahora te toca seguir con tu carrera’. Me doy cuenta de la oportunidad y bendición que tengo de seguir jugando futbol americano”, señala Witten. “¿Me gustaría que aún estuviera Tony? Claro que sí, pero ahora llegó el tiempo de Dak (Prescott), quien desde el primer día nos mostró que puede jugar al más alto nivel y trabaja como nadie para ser el líder en este equipo”.
“Como el gran Bill Parcells solía decir, ‘El circo no se queda en la misma ciudad para siempre’”, sentenció el ala cerrada.