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La ausencia de Elliott fue el menor de los problemas para los Cowboys

DALLAS -- Si alguien justifica con la ausencia de Ezekiel Elliott la terrible exhibición que ofrecieron los Dallas Cowboys en Atlanta este domingo, será porque ha visto poco o nunca futbol americano.

La derrota de los Cowboys ante los Atlanta Falcons tuvo mucho más relación con la falta del tackle izquierdo Tyron Smith, que de ninguna otra persona sobre el campo de juego del nuevo Mercedes Benz Stadium.

El quarterback Dak Prescott fue capturado en ocho ocasiones, incluidas seis por el ala defensiva derecha de los Falcons, Adrian Clayborn, quien abusó del tackle izquierdo de los Cowboys, Chaz Green, durante la mayor parte del partido y al final de Byron Bell.

Green ni siquiera pudo ser competitivo. Además de que permitió cuatro capturas, cometió tres castigos de "agarrar", en una clara muestra de impotencia, para el que el entrenador Jason Garrett aseguró era su quinto mejor liniero ofensivo. Tan es así, que a pesar de que casi ni practicó en la pretemporada, debido a sus múltiples y constantes dolencias físicas, Garrett intentó a toda costa insertarlo como el guardia izquierdo titular para ocupar el hueco que dejó el muy poco valorado Ron Leary cuando se marchó en la agencia libre.

Clayborn logró seis capturas sobre ambos tackles de Dallas y pudieron ser más, en un partido en el que incluso el marcador de 27-7 ni siquiera refleja el dominio que tuvieron los Falcons de ambos lados del balón.

Las seis capturas de Clayborn son la mayor cantidad para un jugador en un partido desde 2007 y apenas la sexta vez que sucede desde que en 1982 comenzaron a contarse las capturas de manera oficial en la NFL.

Para que un corredor cumpla con su trabajo, el primer fundamento es que tenga bloqueo, así sea Elliott, Alfred Morris, Rod Smith o Darren McFadden. Sólo hay que recordar las raquíticas nueve yardas que Elliott avanzó en el segundo partido de la temporada, cuando la línea ofensiva estaba en adaptación al cambio de sus guardia izquierdo y tackle derecho.

Entre Green y Bell no completan a un tackle izquierdo competitivo contra linieros defensivos, como sucedió frente a Clayborn, a quien hicieron lucir como si fuera Lawrence Taylor en sus mejores tiempos. Ponen en peligro la integridad física de Prescott, tal vez hasta su carrera y por supuesto la temporada completa de los Cowboys.

Garrett debió incluso sacar a Prescott cuando se dio cuenta que el partido estaba decidido a favor de los Falcons, que por cierto lucieron como los actuales campeones de la Conferencia Nacional que son.

Peor se complicó la situación para Dallas cuando salió del campo con tirón muscular, una vez más, el linebacker Sean Lee. La defensa de los Cowboys simplemente no puede jugar sin él. Los Falcons acumularon 68 yardas y tres puntos cuando Lee estuvo en el campo; después 268 yardas y 24 puntos, y eso que bajaron el pie del acelarador en el último cuarto, cuando el juego estaba decidido por completo.

De no ser por buenos tres cuartos de partido del linebacker Anthony Hitchens, quien ha regresado corregido y aumentado de la lesión de rodilla que sufrió en pretemporada; de la gran campaña de DeMarcus Lawrence y del surgimiento de David Irving, quién sabe de qué estarían hablando hoy los aficionados de la estrella solitaria.

El linebacker Jaylon Smith merece un aplauso para la heroica rehabilitación y regreso que ha hecho de la lesión de rodilla que sufrió en su último partido colegial. Pero no está aún a nivel ni con habilidad para jugar de manera consistente, ni siquiera como suplente de Lee.

Si a la ausencia de Lee, se suma el poco nivel; falta de ganas de tacklear y mala actitud del esquinero Orlando Scandrick, quien se supone como uno de los capitanes defensivos debería ser ejemplo, entonces el resultado es el que se vio sobre el terreno.

Más vale para los Cowboys que Smith, elegido cuatro veces Pro Bowler y All-Pro, regrese de sus molestias en la espalda e ingle el próximo domingo, igual que Lee y hasta el pateador Dan Bailey, o van a tener una noche muy, pero muy larga contra los Philadelphia Eagles.

¿Y Elliott?

Que se siga refrescando mentalmente en el extranjero, mientras cumple su castigo, porque en realidad en este momento debe ser una preocupación mínima entre las varias ausencias y dolencias que mostraron en Atlanta.