Los récords están hechos para ser rotos, pero algunos son más difíciles de quebrar que otros. Uno de los más vigentes hoy en día es el de la Universidad de Oklahoma y sus 47 victorias consecutivas en el fútbol americano universitario, una seguidilla de alegrías que llegó a su fin hace exactamente 60 años un 16 de noviembre de 1957. El panorama de hoy en día nos dice que esa marca podría sobrevivir por al menos 60 años más.
Para darte una idea de lo épica que fue esa racha que nació un 10 de octubre de 1953 con una victoria por 19-14 sobre su archirrival Texas en Dallas y culminó cinco temporadas después un 9 de noviembre de 1957 apabullando a Missouri en su casa por 39-14. Siete días después, otro gigante del fútbol americano como Notre Dame los hizo morder el polvo. Aquel día, los Fighting Irish los derrotaron por 7-0 frente a más de 63 mil personas, hundiéndole la daga en el corazón a un plantel que se sentía invencible con una intercepción en la zona de anotación para liquidar el partido sobre el final.
En el ínterin, los Sooners saldrían campeones nacionales dos veces (1955, 1956) dirigidos por Bud Wilkinson, un miembro del Salón de la Fama que solía inculcarle a sus jóvenes jugadores la misma disciplina que él supo aprender cuando era integrante de la marina a su edad. Wilkinson murió en 1994 a los 77 años de edad, pero su legado es sagrado en Oklahoma.
Desde aquella tarde de 1957 en la que Goliat finalmente pudo ser derribado hasta ahora han pasado varias otras dinastías distintas por los anales de la historia del fútbol americano universitario como los Alabama Crimson Tide, los Florida State Seminoles, los Nebraska Cornhuskers y los Miami Hurricanes, pero ninguno de ellos ha llegado siquiera a acercarse a la racha de Oklahoma.
Justamente, los Hurricanes poseen la sexta más extensa de todos los tiempos y la más larga desde aquella de Oklahoma con 34 triunfos consecutivos entre el 2000 y el 2002.
O sea, ni siquiera un equipo que contaba con futuros profesionales de renombre en la NFL como Ed Reed, Vince Wilfork, Clinton Portis, Willis McGahee, Frank Gore, Andre Johnson, Jeremy Shockey y Sean Taylor pudo siquiera arrimarse a los 40.
La racha más extensa actual también les pertenece a los Hurricanes, terceros en el ranking actual con aspiraciones de playoffs y 14 victorias al hilo. Con el formato actual de 12 compromisos de la temporada regular más la final de su conferencia, Miami no tendría que dejar de ganar hasta…la quinta fecha de la temporada 2020.
Olvídate de que ellos son un equipo joven y en desarrollo que ni siquiera es favorito en las apuestas para su final de la Conferencia Costal Atlántica contra los Clemson Tigers el 2 de diciembre. El simple hecho de que los Hurricanes deben enfrentarse en sitios neutrales a LSU en el 2018 y a Florida en el 2019 es suficiente para dudar de la vigencia a largo plazo de su senda histórica.
Existen varias razones por las cuales Oklahoma permanecerá ilesa en los libros de los récords por mucho tiempo más, pero estas son las tres principales.
1) La paridad es más evidente que nunca
Alabama habrá ganado cuatro de los últimos ocho campeonatos nacionales, pero el primer sembrado jamás ha alzado el trofeo de campeón nacional desde que se originó el sistema de los playoffs con los mejores cuatro equipos del ranking clasificados a una semifinal y eventual final en el 2015.
Alabama es el líder de los rankings tras 11 semanas en la actualidad, y los dirigidos por Nick Saban sudaron la gota gorda para prevalecer en casa de los Mississippi State Bulldogs por 31-24 con un touchdown dramático cuando quedaban 25 segundos. Además, ellos son favorecidos por apenas tres puntos para su clásico venidero con los Auburn Tigers.
Cualquiera puede tener una mala noche, y con seis conferencias de 10 o más integrantes que se ufanan de contar con equipos dignos del Top 25 levantarse de la cama con el pie izquierdo te puede costar muy caro. Ese tipo de profundidad no existía durante la década del ’50.
2) Reclutamiento a nivel nacional
Dicha paridad es producto directo de que ahora Nick Saban se puede tomar un jet privado a California y convencer a un recluta cinco estrellas de Los Ángeles de hacer las valijas y mudarse a Tuscaloosa mientras Jim Harbaugh hospeda “campamentos satélite” de la Universidad de Michigan en la Florida.
Ya no existen límites geográficos, de transporte o de presupuesto. El talento de élite ya no se concentra en sus propios estados, sino que traspasa fronteras.
3) La exposición televisiva es más amplia que nunca
Solía ser que si querías ir a la NFL y ser visto por televisión a nivel nacional debías ir a un puñado de universidades que estaban constantemente expuestas a la audiencia estadounidense como Notre Dame, USC, Miami o Penn State. Ahora ese ya no es el caso.
ESPN, ESPN2, ESPNU, ESPN Deportes, ABC, CBS, NBC, Fox y FS1 son apenas algunos de los canales que transmiten partidos de fútbol americano universitario de costa a costa desde las 12 del mediodía hasta las 2 de la mañana del día siguiente, y eso sin contar a los canales por cable de conferencias grandes como el Big 12 Network, SEC Network y ACC Network.
Hoy en día puedes ir a la Universidad de Central Florida y ser reconocido por alguien en Idaho o un cazatalentos de los New England Patriots.
¿47 victorias seguidas? Hasta nuevo aviso, la universidad que supere las 34 ya será inmortalizada como la mejor de este siglo. El rincón de los mejores de la historia es propiedad exclusiva de los Sooners.