MÉXICO -- Llega la Semana 15 de la campaña regular, y con ello uno de los partidos más esperados desde que se anunciara oficialmente el calendario de la temporada.
Creo que es seguro afirmar que después de la revancha del Super Bowl LI entre los Atlanta Falcons y New England Patriots --un compromiso que terminó con marcador de 23-7 a favor de los campeones en Gillette Stadium durante la Semana 7--, ningún partido generaba mayor expectativa antes del inicio de la campaña que la visita de los Pats a los Pittsburgh Steelers en Heinz Field.
Y con el transcurrir de las semanas, el choque entre potencias de la Conferencia Americana ha crecido en interés, en parte porque queda claro que el duelo casi seguramente definirá la ventaja de la localía para la postemporada en la AFC y, en menor medida, porque los dos finalistas de la NFC del año pasado --Green Bay Packers y Falcons-- apenas y siguen en la lucha por boletos de comodín a diferencia de sus contrapartes.
Dejando de lado lo que implica el partido como factor de definición del panorama de postemporada, existe un atractivo adicional: se enfrentan los dos mejores quarterbacks que quedan en activo de los últimos 15 años en la AFC. De hecho, se trata del primer enfrentamiento en la historia de la liga en que los quarterbacks titulares, Tom Brady por parte de los Patriots y Ben Roethlisberger por parte de los Steelers, llegan a una cita con al menos 50,000 yardas por aire y múltiples anillos de Super Bowl, cada uno, a cuestas.
No obstante los impresionantes currículos con que llegan al partido ambos quarterbacks --y el hecho que se han enfrentado ya en 12 ocasiones a lo largo de sus carreras, incluyendo postemporada--, el choque Brady vs. Roethlisberger no se siente como una de las grandes rivalidades en la historia del juego, sin lugar a dudas siempre a la sombra del contemporáneo Brady vs. Peyton Manning.
Ambos quarterbacks están en la recta final de sus carreras, pero todavía vale la pena preguntarse qué necesita este choque para inscribirse en la lista de las grandes rivalidades de mariscales de campo en la historia de la liga y, antes que nada, si todavía queda tiempo para ello.
A continuación presentamos los cinco factores que consideramos de mayor importancia para que podamos considerar grande a una rivalidad de quarterbacks.
PERFIL DE LOS JUGADORES
Estamos hablando no solamente de dos futuros miembros al Salón de la Fama, sino de dos de los mejores que jamás hayan portado casco y hombreras sobre un emparrillado, porque hasta en los pasillos de Canton hay niveles.
Brady está en la discusión por el mejor en la historia del juego, y Roethlisberger está en la discusión por el mejor en la historia de su franquicia. Ambos pasadores fueron exitosos desde temprano en sus respectivas carreras, y entre ellos se reparten siete anillos de Super Bowl de los últimos 10 que ha conquistado la AFC.
No existe la menor duda de que tanto Brady como Roethlisberger --quienes por cierto, se profesan públicamente un respeto mutuo-- cumplen con creces este requisito.
Por otra parte, hay pasadores del Salón de la Fama que jamás encontraron un némesis a un nivel comparable. Quarterbacks como Dan Fouts, Warren Moon o Brett Favre lo hicieron al más alto nivel por un número significativo de temporadas sin lograr consolidar una rivalidad particular que atrajera la atención de la liga y quienes la rodean de manera constante. Bien dicen que "It takes two to tango".
PERFIL DE LOS EQUIPOS
Un poco de la mano con el punto anterior, tanto Patriots como Steelers tienen palomita aquí. Incluso, este punto podría ser más importante que el previo. Por ejemplo, a finales de la década de los 1980s, los Denver Broncos de John Elway y los Cleveland Browns de Bernie Kosar crearon una rivalidad que no duró necesariamente muchos años, pero que contó con sus momentos de gran destello. Claramente, Kosar nunca será recordado al nivel de Elway en la historia de la liga, pero esos choques de playoffs entre Denver y Cleveland eran imperdibles, y como es de esperarse, buena parte de los reflectores apuntaban a los pasadores.
Los Patriots han faltado apenas a cuatro postemporadas de los últimos 21 años, remontándonos incluso a la era pre-Brady/Bill Belichick en New England. Los Steelers han jugado postemporada en 11 de los últimos 16 años, remontándonos a la era pre-Roethlisberger/Mike Tomlin. Hablamos de las dos franquicias que estamos más acostumbrados a ver ente la élite de la conferencia de los últimos años.
Por si fuera poco, el porcentaje de victorias de Pittsburgh en los meses de diciembre y enero desde el 2004 --año de novato de Roethlisberger-- es de .766, el segundo mejor en la liga solamente detrás del .815 que marcan los Patriots de Brady, de acuerdo a datos de ESPN Stats & Information.
El duelo del domingo será la primera ocasión en los 26 enfrentamientos totales entre ambas escuadras en que los dos equipos llegan con al menos 10 triunfos.
NÚMERO DE ENFRENTAMIENTOS
Brady tiene una marca de por vida de 10-2 frente a Pittsburgh, incluyendo postemporada, y en esa docena de partidos ha tirado 29 pases de touchdown contra solamente tres intercepciones. De hecho, de acuerdo a cifras compiladas por ESPN Stats and Information, en los últimos siete enfrentamientos, Brady compila un Total QBR (cuya escala va de 0 a 100) superior a 90 puntos en seis ocasiones.
De su parte, Roethlisberger ha iniciado 10 encuentros frente a New England, con una marca de 3-7, incluyendo postemporada. Además, la combinación Roethlisberger/Tomlin solamente ha podido superar a Brady/Belichick en una ocasión de seis intentos, si incluimos la postemporada: en la Semana 8 del 2011, los Steelers se impusieron por 25-17 en Heinz Field, sede del encuentro del próximo domingo.
La pregunta aquí sería: ¿cuántos enfrentamientos más le restan a este par? Brady tiene 40 años de edad, y aunque ha expresado de manera muy pública su deseo de seguir jugando por varios años más, no existen garantías cuando se trata de la edad en la NFL. Al otro lado de la moneda, Roethlisberger no ha dudado en revelar sus coqueteos recientes con el retiro, y a los 35 años de edad, tampoco es un jovencito según los estándares de la liga.
IMPORTANCIA DE LOS ENFRENTAMIENTOS
Aunque es claro que la balanza se inclina hacia Brady notablemente, eso no necesariamente determina que se considere o no una gran rivalidad. Los Steelers de Terry Bradshaw vencieron en dos ocasiones a los Dallas Cowboys de Roger Staubach en el Super Bowl durante los 1970s, pero nadie duda de que se trata de una de las grandes rivalidades en la posición. Joe Montana se enfrentó solamente una vez con Dan Marino en el Super Bowl, pero cada vez que los San Francisco 49ers y Miami Dolphins chocaban en temporada regular, los ojos se iban a los pasadores.
Los Steelers vienen de caer en el Juego de Campeonato de la AFC pasado en Gillette Stadium, y de acuerdo al Football Power Index de ESPN, si los Patriots ganan, tendrán probabilidades de al menos 89 por ciento de asegurar la localía para la postemporada en casa. Mientras tanto, lo único que necesita Pittsburgh para cerciorarse que el camino al Super Bowl por el lado de la AFC tenga que pasar por Heinz Field, es el triunfo este domingo junto con un empate o derrota de los Jacksonville Jaguars.
Por si eso no bastara, el mismo Football Power Index de ESPN arroja unas probabilidades del 47 por ciento de que Patriots y Steelers se vuelvan a encontrar en el Juego de Campeonato de la AFC, la cifra más alta para cualquier potencial pareo en juegos por el título de las conferencias.
Si New England gana el domingo, obtendrá el título divisional, algo que Pittsburgh ya hizo en su sector. Eso aseguraría que, descontando lesión o retiro, los veríamos de nuevo en temporada regular, cara a cara, en el 2018.
MOMENTOS MEMORABLES
La rivalidad entre los Steelers de Bradshaw y los Oakland Raiders de Ken Stabler de los '70s tuvo a la "Immaculate Reception". Los Broncos de Elway superaron en postemporada a los Browns de Kosar con "The Drive", en enero de 1987. Staubach lanzó un pase de anotación que dejó caer Jackie Smith de las manos en el Super Bowl XIII frente a Pittsburgh. Johnny Unitas ingresó como suplente en el Super Bowl III para los Baltimore Colts frente a los New York Jets después de que Joe Namath garantizara la victoria para la AFL, y esa rivalidad --hasta de estilos y personalidades fuera del campo-- llegó hasta un capítulo de "The Simpsons".
Momentos memorables nunca faltaron entre Manning y Brady, pero quizás este sea el rubro donde más adolezca el choque entre Brady y Roethlisberger.
Pero hay tiempo, hay oportunidad, y no falta talento en el elenco de soporte. Los Patriots arriban con el mejor ala cerrada de su generación, Rob Gronkowski, mientras que la tercia que conforman el corredor Le'Veon Bell y el receptor abierto Antonio Brown con Roethlisberger está a la altura de cualquiera que se mencione en la historia de la liga.
Con elementos de ese calibre, jamás se puede descartar nada.
La edad de los pasadores asegura que no queda un gran número de enfrentamientos entre Brady y Roethlisberger, un choque estelar que parece sucesor lógico al Brady-Manning. Pero más allá de cuándo decidan cada uno de estos legendarios pasadores despedirse del fútbol americano profesional, habrá oportunidades para escalar este enfrentamiento en la lista de las rivalidades memorables de quarterbacks de la NFL.
Por ese sólo motivo, el choque del domingo entre New England y Pittsburgh --la oportunidad de ver en acción a Brady y Roethlisberger turnándose para tratar de descifrar y acabar con lo que la defensiva rival presente, siempre intentando superar lo que el otro haga previamente-- es un evento imperdible.