<
>

Ray Lewis se adueñó del escenario en su ingreso al Salón de la Fama

Ray Lewis no tuvo el discurso más largo de la historia pero sí uno de los más emotivos e innovadores.

El ex apoyador de los Baltimore Ravens subió al escenario en Canton con un micrófono inalámbrico --el primer enaltecido en hacerlo-- y no necesitó pararse en el estrado para dar su mensaje en su ceremonia de inducción al recinto de los inmortales.

Lewis estuvo en el escenario por 33 minutos con 17 segundos, quedándose a tres minutos de romper el récord no oficial de Brett Favre con el discurso más largo en la historia del Salón de la Fama.

"Decirme que algo no se puede hacer es como lanzar gasolina a una llama", declaró Lewis al inicio de su discurso.

"Volví y vaya que volví", indicó Lewis luego de una lesión tríceps durante la temporada del 2012 antes de volver para los playoffs y ayudar a los Ravens a ganar su segundo título de Super Bowl. "Cuando sales caminando por última vez con eso, ese [Trofeo] Lombardi, es una confirmación que soy una prueba viviente de lo imposible".

El mensaje de Lewis fue claro: "No te des por vencido y nunca te rindas".

Lewis fue reclutado por los Ravens en la primera ronda del draft de 1996 procedente de Miami y ganó dos Super Bowls con el equipo, fue el Jugador Más Valioso del Super Bowl XXXV, fue elegido a 13 Pro Bowls, siete veces fue parte del primer equipo All-Pro, fue el Jugador Defensivo del Año en el 2000 y 2003 y es parte del equipo de la década del 2000. Terminó su carrera con 2,061 tacleadas, 41.5 capturas, 31 intercepciones, 17 balones sueltos forzados y tres touchdowns defensivos

Durante su discurso, Lewis pidió a su ex compañero y también miembro del Salón de la Fama, Jonathan Ogden, que lo acompañara en el escenario para realizar el baile que lo caracterizó durante su carrera.

"El baile no quería realmente que fuera sobre mí", indicó Lewis.

Lewis, quien ingresa al Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad, es el primer jugador que tiene al menos 40 capturas y 30 intercepciones en su carrera.

"No era el más grande, el más fuerte o el más rápido", dijo Lewis. "El león no es el más grande, el león no es el más rápido, el león no es el más inteligente, pero cuando aparece es el rey. Cualquiera puede ser un líder".

Lewis también envió un mensaje de amor y unidad durante su discurso.

"¿Viven cada día para hacer mejor al mundo?", cuestionó Lewis. "Piensen en lo que podemos hacer si trabajamos juntos como país, enseñándole a nuestra nación a amar los unos a los otros una vez más.

"Es la manera en que reaccionamos a los retos en nuestra vida lo que muestra nuestra grandeza. ¿Cómo ejecutamos ese sueño? ¿Quién responderá a ese llamado a la puerta en medio de la noche? Y tienes que comenzar en este momento. Necesitamos gente dispuesta a pelear por lo que es bueno y lo que está bien".

Lewis, quien estuvo acompañado por su amigo Michael Phelps entre los asistentes, también reconoció en su discurso la razón por la que jugó con el N° 52.

"Quería el N° 52 porque el 7 es un número de Dios", sentenció Lewis, quien terminó su discurso empapado en sudor.