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Newcastle, el nuevo club-estado que en su primer intento llegó a la Champions League y ahora irá por más

Newcastle vuelve a la Champions con ambiciones ESPN.com

El 7 de octubre de 2021 se hizo oficial la compra de Newcastle United por parte del Fondo Soberano de Inversión de Arabia Saudita. De ese modo, el club del norte de Inglaterra se convirtió en el nuevo "club-estado" del fútbol europeo, tras seguir la estela de Manchester City y PSG, instituciones propiedad de fondos emiratíes y qataríes respectivamente. Menos de un año después, logró el primer gran objetivo: clasificar a la UEFA Champions League. El impacto del ingreso masivo de capitales fue inmediato.

La última vez que este equipo había disputado el máximo torneo continental fue en 2003/04. Veinte años pasaron desde aquella campaña en la que, con Alan Shearer como gran figura, no pudo superar a Partizán de Serbia en la última fase previa. Dos décadas en las que Newcastle deambuló por las posiciones más bajas de la Premier League e incluso sufrió dos descensos.

Newcastle, el nuevo club-estado que ya llegó a Champions League

Pocas veces un cambio dirigencial y económico se ha sentido tan rápido en el ámbito deportivo. Además, ni siquiera hubo necesidad de gastar enormes cantidades de dinero para terminar entre los cuatro primeros del campeonato más competitivo del mundo. Eddie Howe fue sostenido en el cargo de entrenador, decidió fichar algunos futbolistas en puestos clave y así potenció un plantel que cambió la pelea por la permanencia por la Champions. Ahora, intentará un reto aún mayor: subir de nivel y competir en Europa.

Las autoridades saudíes no salieron a buscar un entrenador de gran renombre internacional ni tampoco a fichar grandes estrellas mundiales. En sus dos primeros mercados de pases (invierno y verano 2022) mantuvieron a un técnico de reconocida trayectoria en Inglaterra y contrataron jugadores con proyección, como Bruno Guimarães o Alexander Isak, y experimentados como Kieran Trippier.

En la temporada 2021/2022, el equipo se recuperó de un comienzo que lo tuvo entre los últimos de la tabla y finalizó 11mo. Se esperaba una mejor actuación en 2022/23, pero la campaña rompió todos los pronósticos. Y también rompió al "big six". Newcastle dejó afuera de la Champions a equipos como Liverpool, Chelsea y Tottenham. Se sostuvo entre los cuatro mejores desde el comienzo y logró la clasificación europea.

Solidez, potencia ofensiva y competitividad plena contra cualquier rival. Esas fueron las principales virtudes del cuadro norteño el pasado curso. Con Guimarães como líder futbolístico, Callum Wilson como goleador y Miguel Almirón como elemento desequilibrante, mostró argumentos suficientes para destacarse ante los mejores equipos del mundo.

El desafío es más grandes y las exigencias crecen

¿Y ahora? Los propietarios saudíes llegaron a la Champions antes de lo que esperaban y ahora buscarán competir, está claro. Pero eso no es fácil. El comienzo de la temporada fue complicado para Newcastle, que perdió dos de tres partidos en la Premier y tuvo un sorteo poco benévolo en la Champions: jugará contra AC Milan, PSG y Dortmund.

A diferencia de sus predecesores emiratíes y qataríes cuando tuvieron que afrontar la Champions por primera vez, los dueños de Newcastle no salieron a buscar primeras figuras mundiales en este mercado de pases. El fichaje más resonante fue el de Sandro Tonali, para potenciar el mediocampo, la sala de máquinas de Howe. También llegaron Harvey Barnes, Tino Livramento y Yankuba Minteh. Ningún refuerzo de los que se anuncia a estadio lleno.

La apuesta es consolidar las virtudes que lo llevaron a la Champions. Y es una apuesta arriesgada, porque las exigencias ahora serán diferentes. Ya no es un equipo con ambiciones moderadas que juega por encima de sus posibilidades. Es un representante de la mejor liga del mundo en la Champions y enfrentará a tres rivales de primer nivel y con mayor experiencia. El examen será muy difícil para Howe y sus jugadores.

La progresión de Newcastle en las últimas dos temporadas fue mucho más vertiginosa de lo esperado. Y esto, que a primera vista parece un hecho positivo, puede transformarse en un problema contra rivales más duros en contextos más complejos. Newcastle ahora deberá madurar lo más rápido posible y demostrar que puede también dar pelea en el máximo torneo de clubes del mundo.