BARCELONA -- Después de cuatro empates en cinco partidos, los tres últimos consecutivos, el Barcelona cierra este martes su participación en la fase de grupos de la Champions con el partido más intrascendente y a la vez traidor de la temporada.
Clasificado ya de forma matemática como primero para los Octavos de Final, el encuentro frente a un Borussia Mönchengladbach que tampoco se juega nada y ya conoce su futuro continental en la Europa League se presenta alejado de toda presión y provocará no pocos cambios en la alineación del equipo azulgrana.
Luis Enrique, quien anunció la presencia en el once de Messi y sorprendió al admitir que el partido “me importa tres narices”, dará minutos a jugadores poco utilizados durante la temporada, a los que se sumarían futbolistas del Barcelona B, por más que el presente alrededor del equipo no sea el más optimista.
“Ganar siempre es la medicina a todos los males”, admitió el técnico azulgrana en un reconocimiento tácito de la necesidad que existe en mejorar tanto los resultados como las sensaciones.
Desde la ajustada victoria frente al Granada el 29 de octubre, el Barcelona solamente ha ganado dos de los siete partidos disputados, en los que ha marcado ocho goles, y ha provocado un poso de duda que sin alcanzar la crisis de la última primavera (cuatro derrotas y un empate en seis partidos) sí es vista con desconfianza.
Puede, de esta manera, que el choque frente al Borussia sea absolutamente intrascendente en lo que al marcador se refiere y que, ante el ‘rush’ final del año con los dos partidos ligueros ante Osasuna y Espanyol, Luis Enrique convenga con sus ayudantes presentar una alineación de circunstancias… Pero de la misma manera se entiende importante observar una mejora evidente en el juego del equipo azulgrana.