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1x1 del Barça en Lyon

LYON -- TER STEGEN. Firme. Respondió con una gran intervención al disparo raso de Aouar a los seis minutos, que tras su rechace escupió el palo y estuvo ágil en su respuesta a los remates de los delanteros del OL.

SEMEDO. Ocupado. Comenzó con ganas de sumarse al ataque pero la respuesta del Lyon le obligó a retrasarse, más ocupado en cerrar su banda que en colaborar en el juego ofensivo.

PIQUÉ. Líder. Colocado, serio, seguro y preciso. Completó un partido muy notable, tanto en defensa como en la salida de balón, empujando a sus compañeros a salir con más rapidez de la que algunas veces pretendían.

LENGLET. Atribulado. Lo pasó mal cuando tuvo que salir de su posición, preocupado con la rapidez de Depay y el nervio de Traoré.

JORDI ALBA. Profundo. Se desdobló como en él es habitual, buscando a Messi, al que sirvió un par de balones en la primera mitad en el ataque azulgrana y respondiendo con rapidez al bajar a defender. Un pulmón que no se agota.

BUSQUETS. Exigido. La presión del OL le obligó a jugar con mayor rapidez de la que habría deseado. Le costó hacerse a la idea y tuvo que buscar líneas de pase en ocasiones poco lógicas.

RAKITIC. Inconstante. Colocado a la izquierda en el centro del campo, mezcló su buen desempeño físico con errores de colocación que aprovechó con su rapidez el equipo francés.

SERGI ROBERTO. Clarividente. Acompañante de Busquets en la creación, no se complicó la vida en su retorno al centro del campo, buscando siempre la combinación rápida, colocándose bien defensivamente y sabiendo cuándo podía incorporarse al ataque. Le sustituyó en el minuto 80 Arturo Vidal.

MESSI. Ambicioso. Especialmente activo, no le acompañó la suerte en dos remates en la primera parte, en la que se movió en todas las posiciones del ataque, presionando la salida de balón del OL y demostrando que la Champions le motiva de una manera especial.

DEMBÉLÉ. Insistente. Inasequible al desaliento, le saliera la jugada o no, el francés insistió siempre en buscar el uno contra uno, irse por velocidad y servir centros, no siempre buenos pero sí con intención. Extrañamente Valverde le sustituyó en el minuto 67, entrando en su lugar Coutinho.

SUÁREZ. Obcecado. Sumó su partido número 16 sin marcar lejos del Camp Nou en Champions League, completando una noche más que discreta, sin ocasión de rematar, sin dejar de luchar pero sin una pizca de suerte.

COUTINHO. Refrescante. Redobló por banda el mismo trabajo de Dembélé. Atrevido en su presentación, obligó a una gran intervención de Lopes con un disparo lejano. Buscó profundizar, le faltó, quizá, acompañamiento.

VIDAL. Fuerte. Entró en la recta final por Sergi Roberto con la intención clara de reforzar el centro del campo. Su trascendencia en el choque fue apenas perceptible.