Con un gol antes del minuto de juego, Universidad de Chile vencía a Cobresal la semana pasada. Si bien no lucía, no pasaba grandes zozobras, pero en las graderías retumbaban con fuerza las pifias. Finalmente, terminó empatando a uno con una transición que pilló al lateral mano a mano con el extremo de los mineros. Frank Kudelka, técnico de los laicos, no lo podía creer.
“Nosotros entrenamos y pregonamos jugar de una forma, que es atacando. Faltando veinte minutos para el final, estábamos cansados, teníamos el resultado a favor, no teníamos la pelota porque nos quemaba y la perdíamos rápido. Pero nos insistían desde afuera que ganásemos por diez goles. Está bárbaro. Pero hay que entender que a veces se puede y a veces no se puede”, dijo en la conferencia de prensa postpartido.
Al exTalleres lo atormenta Jorge Sampaoli. No porque el actual entrenador del Santos lo pueda reemplazar en su cargo, si no porque cree que el estilo de alta intensidad que impuso el casildense en 2011 se convirtió en una presión para sus dirigidos.
“Kudelka ha comentado que la gente solo quiere que el equipo ataque, sin importar la forma. Los jugadores no pueden abstraerse de eso en el estadio. Los pifian si dan un paso atrás y no arman las jugadas como se las pide el técnico. Kudelka no es igual a Sampaoli y tampoco tiene los mismos jugadores”, le contó un miembro del cuerpo técnico al diario La Tercera.
No es el primer estratego atormentado por el recuerdo del campeón de la Sudamericana. Según comentaron desde el club estudiantil, el uruguayo Martín Lasarte se quejaba en 2014 por el ruido que iniciaba cada vez que su elenco hacía circular la pelota buscando el espacio para perforar.
La impaciencia es grande en la U. Los propios jugadores lo reconocen. Hoy enfrentan a O´Higgins en Rancagua. Solo les sirve ganar.