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A nadie le importa tanto la Copa América como a Brasil

La Copa América arranca dentro de 12 semanas en Brasil, y esta ventana FIFA es la última oportunidad que los equipos tendrán para reunirse antes de armar sus listas. Un rápido vistazo al escenario sudamericano arroja una clara conclusión: Probablemente habrá varios equipos verdes en la Copa de junio y julio.

Brasil ha ganado seis partidos tras el Mundial sin ceder un solo gol. Pero es consciente de que no ha estado jugando bien y le está costando encontrar una buena combinación. Tiene presión para ganar la Copa América, lo cual le suma una cuota extra de interés a sus partidos contra Panamá y la República Checa.

Los interrogantes abundan. ¿Encontrarán la manera de aprovechar el talento de Roberto Firmino como centro delantero? ¿Le ayudaría la presencia de Richarlison en el área grande? ¿Podrá Lucas Paquetá establecerse como el jugador más ofensivo del mediocampo? ¿Esto le permitiría a Philippe Coutinho volver al trío ofensivo, donde sin duda se siente más cómodo?

Durante los próximos días, tres equipos jugarán sus primeros partidos con sus entrenadores nuevos. Arranca el reinado de Eduardo Villegas en Bolivia con partidos en Corea del Sur y Japón. Pero en este caso, el DT no es completamente nuevo. Dirigió un partido como interino hace una década. Es una figura exitosa en el fútbol boliviano, donde juegan la mayoría de los hombres del plantel, de manera que Villegas no se encuentra en territorio desconocido.

No podemos decir lo mismo de Colombia, que también se encuentra en Asia Oriental para enfrentarse a los mismos equipos, aunque en diferente orden. Su nuevo DT es Carlos Queiroz, un entrenador portugués con un CV impresionante y variado, con ciclos en Real Madrid y selecciones nacionales de diferentes partes del mundo, más dos ciclos en Manchester United como asistente de Sir Alex Ferguson. Pero Queiroz nunca trabajó en América del Sur. Está navegando en aguas desconocidas.

En algún lugar del medio se encuentra Eduardo Berizzo, el argentino que acaba de tomar las riendas de la selección de Paraguay. Dicho país es territorio desconocido para él, pero tiene experiencia en eliminatorias sudamericanas --como jugador para Argentina y como entrenador asistente en Chile en los tiempos de Marcelo Bielsa. Su bautismo será contra Perú, seguido por México.

Y luego está el caso de Argentina, que permanece bajo la dirección de Lionel Scaloni. Por primera vez desde el Mundial, Lionel Messi está de vuelta -- para el encuentro del sábado con Venezuela en Madrid, aunque no para la visita a Marruecos el martes. Lo que no queda claro es a qué estructura se incorporará Messi. El ciclo de Scaloni comenzó poco después de la desastrosa actuación argentina en el Mundial, y para un interino con poca experiencia, hizo bastante ruido. Habló de cambiar el estilo de la selección nacional, de introducir un juego más directo. Pero éste no sería el lenguaje futbolístico de Messi. ¿Adherirá Messi a este nuevo concepto, o su regreso forzará a la selección a volver al estilo de juego basado en la posesión?

El partido contra Venezuela debería ser una prueba interesante porque Argentina enfrentará un rival que cree seriamente que hará su debut en la Copa del Mundo 2022. Venezuela ha está avanzando de manera firme y ahora ha incorporado lo mejor de la generación que llegó a la final del Mundial Sub-20 de 2017. Es uno de los pocos equipos que realmente estará preparado para la Copa América en Brasil.

Ecuador, por su parte, recién inicia el segundo período bajo el mando de Hernán Darío Gómez. Fue el mismo Gómez quien los llevó a su primer mundial en 2002. En ese entonces, no negó el hecho de no haberse tomado realmente en serio las Copas América de 2001 y 2004, y todo parecería indicar que está haciendo lo mismo con la de 2019. Por el momento, se conforma con experimentar. El principal goleador, Enner Valencia, ha salido del equipo que enfrentará a los Estados Unidos y Honduras. Eso lo ha dejado a Gómez con un solo delantero central genuino, el jugador de 18 años, Leonardo Campana, quien mostro una forma impresionante en los recientes campeonatos continentales juveniles pero lo cierto es que en el ámbito senior tiene muy poca experiencia. Ecuador, por lo tanto, parece estar conforme con el hecho de estar en una etapa experimental.

Chile, bajo el mando de Reinaldo Rueda, sigue más abajo. Rueda tiene un año a cargo. Durante el transcurso de cuatro victorias, tres empates y tres derrotas, hubo momentos cuando el nuevo entrenador se ha visto bajo mucha presión. Su tarea, ir reemplazando a la generación de oro de Chile, nunca parecido fácil y él piensa que los próximos partidos contra México y los Estados Unidos lo dejarán en una buena posición de cara a la Copa América. Lo cierto es que su puesto podría estar en riesgo si las cosas no salen como esperan en Brasil.

Eso deja a tres equipos que han rendido buenas cuentas en Rusia. En su regreso al torneo después de 36 años de ausencia, Perú y su joven equipo hizo una buena actuación. Los resultados desde Rusia han sufrido altibajos, y es probable que esté por llegar el momento de la verdad para el actual plantel, que calentará para la Copa contra Paraguay y El Salvador.

Uruguay va camino a amistosos en China después de cuatro derrotas consecutivas. Este, sin embargo, es un problema menor. El dolor de cabeza a largo plazo es la inevitable verdad que nos sugiere que el dúo delantero, Luis Suárez y Edison Cavani, no puede ser eterno. Los dos estarán en la mitad de los treinta cuando llegue el próximo Mundial y correrán el riego de haber pasado su mejor momento. Por lo que, quizá, haya sido una bendición que los dos hayan tenido que bajarse del viaje a China por lesiones. Allí, Uruguay enfrentará a Uzbekistán y luego a Tailandia o los anfitriones. La ausencia de estos dos titanes le dará a Maxi Gómez la chance de demostrar si es que puede ser la solución a largo plazo en la posición de delantero central.

Mientras que algunos entrenadores no tendrán problemas en ir a la Copa América sin la preparación adecuada, para aprender las lesiones y usarlas con el fin de prepararse de cara a la clasificación del Mundial del próximo año, el entrenador de Brasil, Tite, no se puede dar el lujo de tener un enfoque a tan largo plazo. Puede que los rivales no vayan bien preparados, pero los anfitriones tienen que hacer las cosas bien.