MADRID -- Martín es un hombre con suerte. Llegó el sábado a la capital española, desde Granada, justo a tiempo para asistir al banderazo de River Plate en la Puerta del Sol, donde pasa casi todo en Madrid.
Alrededor de las 5 de la tarde del sábado, miles de hinchas millonarios se congregaron en la mítica plaza madrileña para la fiesta previa a la final de la Copa Libertadores ante Boca Juniors que se disputará este domingo en el Santiago Bernabéu.
Martín es desde hace cinco meses uno de los 72,190 argentinos censados en España y uno de los afortunados que asistirá a la gran final. Algo que, después de todo, estaba escrito en su destino. Hace poco más de 15 días voló a su país natal con la ilusión presenciar un partido histórico en el Monumental tan solo para regresar cabizbajo después de que fuera suspendida.
“(Sintió) Una frustración, bronca, incertidumbre. Estábamos esperando dentro siete horas, no sabíamos que pasaba... pero, bueno, ahora, a ganar mañana que es lo más importante de todo”, dijo Martín, que no se enteró del cambio de sede hasta que llegó a España.
“Ya estaba acá cuando se hizo oficial; no me lo podía creer. Era mi oportunidad. Las cosas se dan por algo y mira lo que es esto, (Sol) está lleno. Somos lo más grande que hay”, dijo.
En Sol no cabía un alfiler. A los aproximadamente cinco mil hinchas de River que viajaron desde Argentina se irán uniendo, en el transcurso del fin de semana, los que acudirán desde el continente europeo; unos 20 mil, según el estimado de las autoridades. A ellos se unieron miles de españoles, tanto los aficionados al cuadro millonario, como los residentes que aprovecharon la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona de España, para pasar por el centro, como los curiosos que pasaban por ahí y se quedaron a observar una fiesta ajena un tanto extraña, pues hasta hoy, el español no estaba familiarizado con el concepto de banderazo.
Para Martín, como para la mayoría de los hinchas argentinos, lo extraño es que se dispute en el Santiago Bernabéu. Y más que extraño, vergonzoso.
“Es una vergüenza. Lo trajeron para acá por plata, vamos a ser realistas. El partido se podía jugar allá tranquilamente. Es increíble que por 20 personas suspendan un partido y lo cambien de país, de continente, cuando había 67,000 personas esperando”, comentó Martín, que ya entrados en gastos, opinó que el operativo de seguridad en torno al encuentro sin precedentes en Madrid, que contará con la participación de casi 4,000 elementos, es “excesivo”; producto de un temor que ve como infundado a pesar de los acontecimientos que motivaron el cambio de sede.
“Es totalmente excesivo. Están acá sorprendidos, piensan que somos indios. Que somos vikingos conquistando. Dicen ‘viene gente de Argentina’ y pensaban que venían a invadir. Y no, es gente normal como ellos. Tienen mucho miedo, es verdad, pero no va a pasar nada”, externó.
24 horas antes, la Policía Nacional había denegado la entrada a España a Cristian Ariel Ghislett, conocido ‘barra brava’ y quien tiene prohibida la entrada al Monumental. Fue el segundo caso de deportación a Argentina después del miembro de la barra brava de Boca, Mazi Mazzaro. Según el estimado de las autoridades, alrededor de 500 hinchas considerados “peligrosos” podrían intentar acercarse al estadio. De momento no han hecho acto de presencia y el banderazo en Sol transcurrió con normalidad.
Martín, ajeno a los asuntos policiales, contempla su suerte con satisfacción. Lejos de arrepentirse del enorme desembolso realizado en viajar dos veces para el mismo partido, admite con orgullo que “nunca” es demasiado gasto cuando se trata de River y menos cuando “todavía me llegan mensajes (desde Argentina) que no pueden creer la suerte que tengo” de que la final sea en Madrid. Por eso celebra, y celebrará mañana, de salir campeón, con más gusto.
“Yo les dije a mis amigos, a todos, que estoy acá por ellos. Que no pudieron viajar por que era mucho dinero y yo soy un poquito de todos ellos. Que voy a gritar más que nunca mañana y que ellos están presentes acá conmigo”, comentó.