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El Barcelona se pierde en el laberinto

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El Barcelona deja escapar puntos en Vallecas tras regresar de la fecha FIFA (4:10)

Con un golazo de Unai López y un autogol de Florian Lejeune, los de Xavi empataron 1-1 como visitantes ante el Rayo Vallecano. (4:10)

El Barcelona no encuentra la salida y se hundió más en un bache con el gris empate ante el Rayo Vallecano.


BARCELONA -- El Barcelona sigue con el motor gripado, sin descubrir la causa de sus males, perdido en un laberinto, y añadiendo partidos para olvidar (o tener muy presentes) en una temporada liguera que empieza a ser de pesadilla.

Solo ha ganado cuatro de los ocho últimos encuentros, ha dejado ir 9 puntos de 24 y si el lunes el Girona vence al Athletic Club en Montilivi ya se escapará a 6, que serán 4 por parte del Real Madrid si gana en Cádiz.

Un autogol, desafortunado para los locales, de Florian Lejeune en la recta final evitó un derrumbe total aunque no disimuló las terribles carencias que exhibió el campeón frente a un Rayo Vallecano que lo agobió a base de intensidad, presión y verticalidad en la primera mitad y que después, más centrado en defender el resultado, le mantuvo a raya sin mayores agobios.

Cinco partidos lleva enlazados el Barcelona sin derrotar al Rayo, dos empates y tres derrotas, en una racha que obliga a una profunda reflexión. Porque para nada debería apuntarse a la mejora, leve, que experimentó en la segunda mitad después del horroroso papel de la primera. Y más si se atiende a que el martes le visita el FC Porto en un partido clave de Champions... y a continuación lo harán Atlético de Madrid y Girona, en dos partidos consecutivos que pueden marcar su devenir en la Liga.

No hay donde encontrar un argumento que explique la realidad de un campeón irreconocible, al que Xavi metió mano introduciendo seis cambios en el once inicial (cuatro si no se cuenta los obligados de Marc-André ter Stegen y Gavi) para que su imagen siguiera siendo terriblemente plana.

Ni un solo remate a puerta en toda la primera mitad y tres en toda la segunda, incluyendo un disparo de Raphinha al poste antes del autogol, que dejó en el escenario la impotencia futbolística de un Barça que quiso solucionar en los últimos 14 minutos (incluyendo el tiempo añadido) todo lo que no había sabido hacer antes.

En diez minutos el Rayo ya había avisado en tres ocasiones a Iñaki Peña, en una salida supersónica ante la que no tuvo respuesta el equipo de Xavi. El sustituto de Ter Stegen respondió con prestancia hasta el minuto 39, cuando no tuvo tiempo de reaccionar al remate lejano e inesperado de Unai López, precedido de una jugada que merecería explicación, por cuanto en una similar se le anuló en Granada un gol a João Félix por fuera de juego de Ferran Torres, cuando en el inicio de la jugada que acabaría con el gol del Rayo hasta tres futbolistas del equipo madrileño partieron en situación adelantada...

Cuando le tomó el pulso al partido el Barça ya empezaba a contemplarse la urgencia en el campo. Achuchó al Rayo porque no podía entenderse de otra manera pero lo hizo con más ganas que juego, sin orden ni modelo, mucho menos posición y mostrando una alarmante falta de ideas.

Unas ideas que, más pronto que tarde, deberá recuperar Xavi si no quiere empezar a despedirse de la Liga antes de acabar el año...