BUENOS AIRES -- La carrera de un futbolista en plenitud física será lo que ese futbolista desee. Ni siquiera una lesión importante podrá torcerla si el objetivo de ese jugador es afirmarse como uno de los mejores. Ahora bien, ¿qué sucede cuando el hombre cree haberlo conseguido todo en un breve espacio de tiempo, y abandona esa meta primaria para refugiarse en laureles que se marchitan tan pronto como llegan? De eso se habla en España en estos días respecto a James Rodríguez. Cuestiones que preocupan en el entorno del Real Madrid.
El crack colombiano está en el ojo de la tormenta. En Madrid le señalan como el nuevo Mesut Özil por su supuesta afición a la noche, y alrededor del club blanco se preguntan si se ha separado de su esposa Daniela Ospina, ya que tanto ella como su hija Salomé, la familia del jugador, se han ido de España, y a Daniela, hermana del arquero del Arsenal inglés y la selección Colombia, se la puede ver cada semana participando del programa televisivo‘Bailando con las estrellas’ en la cadena RCN.
La prensa relacionaba hace unos meses el excelente nivel de James durante 2014-15 con la estabilidad que le daba la presencia cercana de su familia. De la misma manera, ahora que ya no le puede echar la culpa al cesado entrenador Rafael Benítez, el entorno vincula directamente la ausencia de la esposa y la hija de James, con el bajón que sufre el artista colombiano. Merma en el rendimiento que le ha marginado de los principales planes de Zinedine Zidane, nuevo técnico del gigante español.
Para mayor morbo, cada vez se habla más sobre la llegada del internacional belga Eden Hazard al estadio Santiago Bernabéu, lo que puede determinar el próximo verano el alejamiento de quien fuera máximo goleador de la Copa del Mundo 2014 con la selección Colombia.
La información más escandalosa es la publicación de ‘La ruta de James en la noche de Madrid’. La prensa española se ha hecho eco de los boliches a los que concurre asiduamente el 10 en la noche capitalina, de la mano de Alberto Garrido, su hombre de confianza y cicerón en estas aventuras. Las discos y pubs Kapital, Teatro Barceló (ex Pachá), Gabana, Opium y Sala Banloo, han recibido un plus de promoción en los medios al conocerse como los sitios preferidos del cucuteño, cuyas aficiones extradeportivas preocupan en el club y hacen pensar en que su estrella se pueda apagar mucho antes del tiempo previsto.
Este domingo James Rodríguez tuvo la posibilidad de volver a jugar de inicio vs Betis, hueco que se le abrió a causa de la lesión muscular de Gareth Bale. 80’ en el estadio Benito Villamarín en un juego que Real Madrid consiguió empatar (1-1) en el minuto 71 con un gol de Benzema tras asistencia del propio James.
Al término del partido, el crack salió al frente de los rumores que aumentaron tras su incidente de tráfico en Valdebebas, Ciudad Deportiva del Real Madrid, y las explicaciones del periodista colombiano Iván Mejía, quien señaló que el jugador “ha perdido la humildad y en su club están preocupados”. “Me jode mucho lo que están diciendo. La gente que está cerca de mí sabe cómo actúo. Le debo mucho a esto y siempre intento cuidarme. Soy un gran profesional. Lo que se dice de que salgo mucho por la noche es mentira. Jode mucho que duden de mí, y además que digan que estoy gordo”, se defendió el 10.
James también fue contundente respecto a la llegada de Zidane en lugar de Benítez. “El cambio de entrenador ha sido bueno para el equipo. Es parte del fútbol. Todos sabemos que eso pasa. Unos vienen, otros van, pero el cambio ha sido bueno. Unos tienen más feeling con un entrenador que con otro”, explicó. Lo cierto es que, si bien el contrato del cucuteño se extiende hasta el 30 de junio de 2020, su continuidad en la Casa Blanca dependerá del rendimiento que exhiba de aquí hasta el final de temporada.