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Iniesta: 400 partidos y una voz incómoda en el Barcelona

BARCELONA -- Andrés Iniesta puede cumplir este domingo su partido liguero número 400, todos ellos con el FC Barcelona, y alcanzar en la clasificación, precisamente, a su entrenador, quien entre 1989 y 2004 repartió esos encuentros entre Sporting, Real Madrid y Barça.

Lo hará, si se confirma su presencia ante el Leganés, en un momento especialmente delicado alrededor del Camp Nou. Porque la derrota, la humillación, sufrida en el Parque de los Príncipes de París que ha señalado tanto al vestuario como al cuerpo técnico y ha abierto una brecha, todavía invisible, entre Luis Enrique y una plantilla desde la que se han comenzado a lanzar mensajes disimulados pero certeros.

Si el jueves Iniesta comenzó su particular ‘operación remontada’ manifestando su ambición a través de las redes sociales.

Dos días antes, aún en los pasillos del Parque de los Príncipes, tuvo un discurso bastante más críptico para argumentar las razones de la durísima derrota encajafa frente al PSG. “Todo es cuestión de fútbol, de estar bien colocado, que no te superen... Nos han superado jugando a fútbol” apuntó el manchego.

ALARMA Y PASADO

Y sus palabras, sumadas a las de Busquets, fueron interpretadas como un claro mensaje de alarma. Y dejando a Luis Enrique en no muy buen lugar. Así se contempla hoy el vestuario azulgrana. Ocupado y preocupado por recuperar unas viejas sensaciones que extraña y que no han salido a la luz pública hasta que los resultados, el de París especialmente, han dado un soberano bofetón al equipo, que fue sobreviviendo los últimos tiempos a base de los goles y del tridente, mirando hacia otro lado y sin atender a un alejamiento de su íntima personalidad.

El entorno del Camp Nou observa devastado la herida abierta en un Barcelona pendiente de un milagro en la Champions, dependiente del Real Madrid en la Liga y con la Copa del Rey como premio menor como única esperanza cierta. Poco botín después de años de excesos en los que Andrés Iniesta fue, siempre, un protagonista destacado.

El manchego, a quien le dio la alternativa Louis van Gaal frente al Mallorca el 21 de diciembre de 2002, se convirtió, se mantiene, como una de las referencias innegociables de la mejor etapa de la historia azulgrana y su fútbol de toque, de posición y asociación se entiende como clave en el resurgir de un Barça necesitado de reencontrarse a si mismo.

Si el PSG provocó el hundimiento, el Leganés debe personalizar al renacimiento. Y en un domingo de sabor especial para Iniesta, quien se sabe trascendental en este tránsito. Justo la tarde en que se instalará en la historia. 400 partidos de Liga.

En el Barça solo por detrás de los 505 que disputó Xavi. La otra leyenda de un equipo que se instaló en la leyenda y de la que no quiere, aún, desaparecer.