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Real Madrid tuvo un plan más claro que Barcelona

BARCELONA -- El Real Madrid no falló en Málaga y conquistó la Liga que persiguió sin suerte durante los cuatro últimos años. Desde que la ganó a las órdenes de José Mourinho en 2012 el Barcelona se llevó tres campeonatos y otro lo ganó el Atlético de Madrid, provocando que el Real, campeón de Europa por duplicado, tuviera que conformarse con ser un segundón en la Liga española…

Hasta este domingo. Un torneo peleado de principio a fin, discutido por los dos gigantes de manera incansable y que acabó en el Santiago Bernabéu tras un rush final indiscutible del equipo de Zinedine Zidane, que sumó 25 de los últimos 30 puntos en disputa mientras el Barça encajaba sendas derrotas en la Coruña y Málaga que le acabaron por condenar.

Aseguró Luis Enrique que su equipo pagó “la irregularidad de principio de temporada” que le acabó pesando en la clasificación. Dos derrotas (Alavés y Celta) y un empate frente al Atlético en las primeras siete jornadas de la Liga fueron la losa contra la que debió luchar un campeón que ganó en el Calderón, Mestalla, Sánchez Pizjuán o Bernabéu. Que no falló en el cara a cara con los grandes… Pero al que penalizaron, demasiado, sus errores contra los pequeños.

El Barça cierra la Liga habiendo ganado más puntos contra los diez primeros de la clasificación que contra los últimos. Un detalle que explica a las claras lo que ha acabado sucediendo.

El Madrid tuvo un plan más claro que el Barcelona. Zidane encontró en la lesión de Bale una ayuda impensable que le dio a su equipo para catapultar al plano a Isco y Asensio,que supo gestionar sus alineaciones y encontró en los secundarios de su plantilla una colaboración definitiva. La misma que no se contempló en Arda Turan, en Denis Suárez o André Gomés. El Real tuvo plantilla y el Barça individualidades y, ya se sabe, los títulos los acaban ganando los colectivos.

La Liga española cambia de mando. Unos esperaron un milagro imposible y los otros, sencillamente, cumplieron con el guión. Ahora, a falta de que acabe la temporada en el Calderón y Cardiff, es momento de plantearse el futuro inmediato.

Ver si el nuevo campeón prolonga su mando o si el campeón destronado sabe resurgir de sus tristes cenizas para regresar a lo más alto.