Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 6y

El Barcelona cambia para seguir al ritmo de Lionel Messi

BARCELONA -- El Barça comenzó la temporada liguera derrotando por un 3-0 engañoso al Alavés, después de un partido más trabado de lo que mostró el resultado y que solamente pudiera explicarse a partir de un protagonista: Leo Messi. Pasan los años, se suceden los fichajes, los entrenadores, los sistemas… Pero siempre permanece el crack.

Tan indiscutible como innegociable, tan fenomenal como imprevisible, tan completo, el capitán supo leer de principio a fin el argumento de un partido que Abelardo planteó sin miramientos. A la defensiva, encerrado, sin dejar espacios y aprovechando el cortociruito de un Barça en el que solamente un jugador tenía las ideas claras.

Esperando el gol 6,000 del equipo en su historia liguera, el Camp Nou llegó a desesperarse ante la falta de profundidad motivada por la ausencia de un acompañamiento para Messi en la distribución, conducción, combinación y posición. Así transcurrió, casi entre bostezos, una primera parte cerrada con un lanzamiento del rosarino al travesaño, un mal remate de cabeza de Suárez y dos ocasiones falladas por el incombustible Dembélé.

El escenario cambió en la segunda mitad con la entrada de Coutinho… Pero, sí, tuvo que ser Leo quien sacara al Barça del atolladero. Como siempre. Lo que comenzó con Guardiola, se confirmó con Vilanova, se repitió con Martino y transcurrió con Luis Enrique no ha cambiado con Valverde.

Desde el verano de 2008 el Barcelona ha invertido 1,470 millones de dólares en fichajes… Y desde entonces hay un jugador que ha crecido hasta la inmensidad para convertirse en su santo y seña, el futbolista que sirve para todo y que acaba siendo el decisivo en todas las facetas y todas las necesidades.

Probablemente este estreno liguero ante el Alavés no pasará a la historia más allá de por haber sido la noche del gol 6,000, de Messi, claro, pero, quien sabe, esta victoria, funcionarial y se diría menos brillante de lo que mostró el marcador puede tener allá por el mes de mayo de 2019 una trascendencia mucho mayor de la que hoy se ve.

Como siempre Messi. Si alrededor del Bernabéu hay quien tiembla pensando en cómo será la vida sin Cristiano Ronaldo en el Camp Nou nadie, absolutamente nadie, quiere ni imaginarlo.

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