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El derbi de Manchester en la Copa llega en un momento clave

BARCELONA -- Manchester United y Manchester City volverán a verse las caras este miércoles con una realidad distinta a la del 10 de septiembre, cuando el City asaltó Old Trafford en un inicio de temporada supersónico de los citizens.

El presente en Manchester es tan preocupante en el Etihad como en Old Trafford. Y mientras a Mourinho el 4-0 encajado en Stamfod Bridge ante el Chelsea le ha supuesto una caída en picada de su popularidad, a Guardiola el entorno también le marca de cerca.

Sin atravesar una depresión como la que parece atenazar al entrenador de los diablos rojos, Pep permanece tan inmutable de puertas afuera como preocupado se le adivina en la intimidad de su vestuario, consciente de que en una semana le visita su Barcelona y que el futuro de la Champions podría depender de ese encuentro.

El City acumula cinco partidos sin conocer la victoria en la peor racha del equipo desde el final de la pasada campaña y del entrenador catalán desde 2009, ha empatado los dos últimos partidos en casa, y su visita al Camp Nou se cerró con un incontestable 4-0 favorable al Barça que dejó marcado tanto al técnico como a Claudio Bravo, señalado sin piedad por los medios británicos.

"Sé quién soy y sé en qué liga estoy. En Barcelona y Munich eran ligas entre dos o tres clubes; aquí hay grandes equipos y más competencia", avisó Guardiola, confirmando que Caballero será el titular en la portería, avanzando que habrá rotaciones en el once pero sin desvelar hasta qué punto cambiará las piezas en su conjunto.

De hecho, siendo un torneo menor en Inglaterra, al que los equipos acuden con muchos suplentes, el momento que atraviesan los dos gigantes de Manchester lo coloca en el plano como una prueba tan incómoda como clave.

Al entrenador catalán, además, le aparece en un momento especialmente delicado, tres días antes de visitar al West Brom de Salomón Rondón y a una semana de recibir al Barcelona en Champions, en un duelo que ha adquirido la consideración de trascendental en el futuro citizen en Europa.

Mourinho y el Barça, dos nombres tan íntimamente ligados a Guardiola se le cruzan precisamente cuando menos debería desearlo, cuando su firmeza táctica es cuestionada, su portero vilipendiado, sus laterales desaparecidos y el defensa más caro de la historia, Stones, parece un aprendiz.

"No voy a cambiar mi estilo"m clamó Pep tras el empate frente al Southampton, recordando que con él "he ganado 21 títulos en siete años", y reforzándose ante una hinchada que se mantiene a su lado, por encima de la incomprensión que pueda provocarle alguna de sus decisiones.