Empezar la temporada con una derrota ante el Sassuolo no entraba en los planes de Luciano Spalletti ni de ningún aficionado del Inter de Milán. El contratiempo fue un verdadero puñetazo en la cara de un equipo que se presenta este año con una carrocería renovada y listo para atacar el monopolio que ha instaurado en la liga Italiana.
¿Pero qué le ocurrió al equipo en el debut liguero? Las causas de la derrota siguen sin entenderse muy bien, aunque los arranques de temporada tras un Mundial siempre suelen ser turbulentos. Spalletti no pudo contar ni con Radja Nainggolan --su gran fichaje este año-- ni con Ivan Perisic --su gran estrella--, por lo que su once ideal se vió bastante disminuido. Así y todo, el equipo tenía suficiente dinamita, sobre todo en la parcela ofensiva, con Mauro Icardi y Lautaro Martínez, como para haber hecho mucho más por alcanzar la victoria.
El problema ahora no sólo es el hecho de que la Juve arrancó con victoria y que el AC Milan todavía tiene que jugar su encuentro ante el Genoa, sino también que Steven Zhang, el hijo del dueño del club, parece no haber quedado para nada contento con lo que se vio sobre el campo. Según varios reportes en la prensa transalpina, la familia Zhang no está dispuesta a dar un paso atrás este año tras haber logrado la ansiada clasificación a la Champions League en la temporada anterior. Los dirigentes piensan que han invertido lo suficiente para conformar una plantilla en condiciones que pueda competir al todo por el todo en las tres competiciones, por lo que no piensan consentir que Spalletti levante el pie del acelerador.
Por eso, el encuentro ante el Torino este fin de semana es importantísimo. El director técnico podrá contar de inicio con Ivan Perisic y Keita Baldé, sus dos extremos presumiblemente titulares este año y que por falta de preparación no pudieron ser de la partida ante el Sassuolo. Con ellos, la posibilidad de volver a ver a Nainggolan de corto completaría el mediocampo mágico que busca Spalletti (junto al croata Brozovic, que tuvo un muy mal partido en el arranque liguero), pero el preparador todavía duda de que el belga esté totalmente recuperado de la lesión que sufrió en el segundo encuentro de preparación este verano ante el Sion.
El Inter tendrá, pues, sólamente la victoria entre ceja y ceja, sobre todo, porque será el primer partido en casa de una temporada que se presenta especialmente ilusionante para los tan maltratados hinchas neroazurris.
El Giuseppe Meazza espera el lleno, con 80,000 espectadores preparados a disfrutar de su remozado equipo, que presentará así a sus caras nuevas para esta temporada. Entre ésas, la del argentino Lautaro Martínez será una de las más esperadas.
El ex de Racing ha tenido un gran verano con su nuevo equipo, lo que ha hecho que crezcan aún más las expectativas puestas sobre él tras su fichaje. Por eso defraudó un poco su aportación al equipo frente al Sassuolo y se espera que no haya sido más que una mala tarde.
El Torino presenta entonces la posibilidad perfecta para el Inter de la vuelta a la situación y no pierda comba respecto a los grandes del campeonato.
Los sueños por volver a reinar en Europa, como en 2010, son grandes e importantes, pero a nadie en el club se le escapa que hay que dar lo mejor semana a semana en la liga si el equipo de verdad quiere mantenerse de nuevo en la élite. Lo sabe Spalletti, lo sabe Steven Zhang, y lo más importante, lo saben también los jugadores.