Roberto Reynoso, uno de los héroes que llevó a Cruz Azul al máximo circuito el 19 de enero de 1964, comparte con ESPN las anécdotas que vivió en aquella campaña inolvidable para la institución cementera
MÉXICO -- El 19 de enero de 1964 es uno de los días que están escritos con letras de oro en la historia de Cruz Azul, fundado en 1927. Hace 60 años, La Máquina goleó 7-1 a Zamora para coronarse en la Segunda División y así sellar su ascenso a la Primera División, donde actualmente presume nueve campeonatos de Liga MX.
Roberto Reynoso, de 83 años de edad, es uno de esos héroes celestes que llevaron a Cruz Azul a la Primera División en 1964, pero la historia profesional de La Máquina inició de manera peculiar en 1961. El ex lateral derecho, quien portaba el ‘2’ en el dorsal, revela que, ante la negativa de los directivos de la Cooperativa para inscribir al equipo en la Segunda División, ya avalada por la Federación Mexicana de Futbol, tuvieron que hacer una cooperación entre los trabajadores, misma que estuvo encabezada por Luis Velázquez Fernández y Juan Díaz López, así como por Paulino Sánchez, quien fungía como entrenador.
“Estas dos personas, Juan Díaz López y Luis Velázquez Hernández, se dieron la tarea porque fueron a ver al gerente de la planta y les dijeron, ‘Don Guillermo, hay que hacer esta oportunidad, la podemos aprovechar, dada la amistad que tiene Paulino Sánchez en la federación, y la gente quiere entrar’. Les dicen que no hay más dinero y no es nuestra misión el deporte”, recuerda,para ESPN Roberto Reynoso, quien recordó esos momentos de la historia de Cruz Azul con una sonrisa y enfundado con una chamarra del equipo que ayudó a llegar a la Primera División hace 60 años.
“Pero estos muchachos, de 27 años de edad, se dieron la tarea de hacer una lista de los trabajadores, de los socios, que diera cada quien cinco o 10 y juntaron los 50 mil pesos. Fueron a la Federación Mexicana de Futbol, dieron los requisitos que se necesitaban y todo, y pues a ver cómo lo hacíamos, porque ya empezando ya está uno dentro. Total, que, a resumidas cuentas, ya entramos a Segunda División, en la temporada 61-62”.
Ese equipo que ascendió era muy diferente al actual. Los jugadores, que eran trabajadores de la cementera, no recibían salario extra por jugar, solo los refuerzos ganaban dinero, que salía de los mismos empleados. Los viajes eran en camión y llegaban a durar hasta 24 horas. Tenían una playera para toda la temporada y en ocasiones la tenían que prestar a los equipos juveniles. Además, por reglamento, los dos primeros años los jugaron bajo el nombre de Jasso Hidalgo, pues la FMF les prohibió “Cruz Azul” al ser una marca, así como el hecho de que su color primario era el blanco, no el celeste.
“Le entramos el primer torneo y muy bien, y sin refuerzos. Éramos trabajadores de la empresa, gente de ahí mismo, del pueblo. Entrenábamos dos veces a la semana, martes y jueves, y el domingo jugábamos. Entonces, la gente se entusiasmó, porque estábamos en quinto lugar el primer año. seguimos a la segunda temporada, y ya nos reforzamos un poquito. Resulta que en el segundo año quedamos como en noveno lugar”.
Para la tercera campaña en Segunda División, en la 1963/1964, hubo cambios en el equipo. Finalmente lograron registrarlo como Cruz Azul y llegó el húngaro Jorge Marik al banquillo celeste, junto con refuerzos Aurelio Calvillo, Rogelio Alba, José Morelos y Raúl Arellano, quienes ya tenían experiencia en otros equipos del futbol mexicano.
“Hicimos una campaña increíble. Yo como jugador, yo trabajaba y jugaba futbol. Entraba a trabajar y salíamos a entrenar, regresábamos hasta la tarde otra vez a trabajar, a cumplir nuestras ocho horas, pero era una cosa muy bonita, porque en aquel entonces el dinero, nos hacía falta todo, pero no era tan necesario como para decir, si no me pagan, no juego. Con que nos dieran una palmada y que nos dijeran, ‘ganaron, qué bueno’. Porque no había ni televisión en aquel entonces”.
Roberto Reynoso tiene en la memoria cada episodio de esa temporada histórica que terminó con el ascenso a Primera División de Cruz Azul el 19 de enero de 1964, pero pide a la afición celeste que no se olviden de esos héroes que pusieron los cimientos de la historia que actualmente sostiene la grandeza de La Máquina.
“Nos da gusto a los que estamos todavía en Cruz Azul. Que nos tomen en cuenta. Gracias a la afición, que no nos olvide. Que no nos olvide, porque en muchos lados donde vamos, ven las fotos. Todavía aquí estamos. Aquí estamos en el Salón de la Fama”, concluyó Roberto Reynoso.