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Se encara Tomás Boy con aficionados

Alegre y festivo, el técnico Tomás Boy abandonó el Estadio Azul, después de tener en la mano el pase a los cuartos de final de la Copa MX por el contundente triunfo de Cruz Azul ante Mineros de Zacatecas por 3-0.

Sin embargo, el buen humor del ‘Jefe’ se agrío un poco, ya que no todos los aficionados celestes que esperaron que el equipo subiera al autobús lo apoyan y, encima de todo, su actitud confundió un poco al conjunto rival.

“A ver, ¿quiénes son los canijos que me gritan?”, fue el primer comentario de Boy cuando cruzó la puerta de salida del inmueble de la colonia Nochebuena. Miró hacia un grupo de gente que detrás de vallas de metal le sonreían y le aplaudían.

El timonel, quien no acudió a la conferencia de prensa y en su lugar lo hizo su auxiliar Martín Salcedo, una vez más eludió charlar con los medios de información que también le esperaban afuera. Sonrío, bromeó y siguió su camino hacia la puerta del autobús, por donde más seguidores de la Máquina le hacían bulla y le pedían que bailara como lo hiciera horas antes en su área técnica tras algunos goles de su equipo.

Boy complació a esa gente que se ve que lo quiere en el equipo, pero hubo otro sector que lo rechaza. Así lo sintió el estratega, pues a través de las vallas de metal y de policías que cercaron los camiones de Cruz Azul y de Mineros, encaró a algunos aficionados que le pedían que se fuera del club. “Entrenador de cuarta”, dijeron algunos, entre los que también había seguidores contrarios.

Hubo insultos de ambos lados y hasta un integrante del conjunto visitante intervino de alguna manera, pues dio la impresión de que se sentía ofendido por el baile del entrenador y le dijo “eso no se hace”. De esta manera terminó la noche azul, entre gritos, ofensas y mucho escándalo, provocado de alguna manera por Tomás Boy, al seguirle la corriente a la gente y engancharse con sus detractores.