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El legado de Calero sigue vivo en el futbol mexicano

Miguel Calero partió entre lágrimas y vítores. Su espigada figura, semejante a la de los súper héroes de los cómics, se diluyó hace cuatro años.

El cancerbero colombiano partió el 4 de diciembre de 2012 y su cuerpo inerte en aquel frío ataúd en azul y blanco, dio la vuelta olímpica al Estadio Hidalgo al mediodía del 6 de diciembre.

El Cóndor vive en los corazones de los hidalguenses, luego de levantar con los Tuzos diez trofeos de campeón en once años: cuatro de Liga, cuatro de Concacaf, uno de Interliga y una Copa Sudamericana, los cuales fueron colocados frente a su féretro el día que se despidió de familiares y afición.

El jugador, quien paró un penalti a Landon Donovan, lo que a la postre daría el campeonato del Interliga a su escuadra, fue el portero más ganador en la historia del club hidalguense.

Nacido en Ginebra, Valle de Cauca, llegó en el Invierno 2000 a la Bella Airosa, donde debutó en la derrota de 3-4 ante Toluca el 30 de julio de ese año.

Esa vez no lució, pero a la postre mostraría sus grandes dotes bajo los tres palos y terminaría como titular indiscutible de los Tuzos.

El arquero cafetalero se convertiría en un referente de su equipo y fue muy querido por la afición albiazul, pues además de sus cualidades futbolísticas, su profesionalismo y entrega bajo los tres palos, también resaltaba en el plantel del Pachuca por su sencillez, por su don de gente, por su sonrisa y por su talante siempre afable.

En medio del optimismo que siempre ponía a los malos momentos, un buen día lo sorprendió una terrible enfermedad. En septiembre del año 2007, sufrió una trombosis venosa en su brazo izquierdo, debido a una vieja operación. Esto lo mantuvo alejado de las canchas casi seis meses, tras los cuales regresó como titular con los hidalguenses y luego de disputar el Mundial de Clubes de 2008, afirmó que se retiraría en 2009. No lo dijo, pero llegó a especularse que su repentina decisión podría deberse a una prohibición de los médicos, debido a la citada enfermedad.

Sin embargo, se sabía que el futbol mismo y el tratamiento con antigoagulatorios en este deporte, representaban un riesgo para el jugador, quien en el Interliga 2009 fue fundamental para la clasificación del Pachuca a la primera ronda de la Copa Libertadores, tras atajar cuatro penales y marcar uno, en la definición contra el Atlas de Guadalajara.

Al paso del tiempo, Miguel Calero decidiría no colgar los guantes y terminaría firmando un contrato hasta 2011 con el Pachuca, con el que a la postre disputaría 495 partidos.

El portero abandonó las canchas el 29 de septiembre de 2011, dejando la temporada inconclusa por los síntomas de la trombosis sufrida.

TAMBIÉN ERA AMIGO DEL GOL

El 30 de marzo del 95, Miguel Calero marcó un gol de media cancha con el Deportivo Cali, ante el Deportivo Pereira. Fue este su primero como profesional. Dos años más tarde, el 3 de marzo de 1997, marcó de media volea, luego de un tiro libre, al Independiente Medellín.

Ya en su etapa con Pachuca, también anotó el 11 de agosto de 2002; fue un remate de cabeza con todo y gorra, en un tiro de esquina en la última jugada del partido contra Jaguares. El tanto le dio un empate de 3-3 a su equipo.

ASÍ LLEGÓ SU MUERTE

El 25 de noviembre de 2012, Calero despertó antes de que amaneciera. Descendió del segundo piso y sólo atinó a dar unos 15 pasos. Consiguió entrar al comedor, donde dijo a uno de sus hijos que se sentía mareado.

La parte izquierda del cuerpo del arquero colombiano no respondía a sus órdenes, aunque sus hijos sonrieron pensando que se trataba de un juego de su padre para hacerlos reír.

Sin embargo, el arquero colombiano no pudo caminar ni levantarse, así que tan pronto sus hijos se percataron de que no era broma, fue conducido por uno de ellos hasta el coche, el cual manejó el chofer de un vecino con destino al hospital.

El jugador falleció el 4 de diciembre de 2012, producto de un infarto cardiorrespiratorio, que llegó luego de que se le diagnosticó muerte cerebral por la retrombosis que sufriera dos días antes. Lo anterior se dijo a través de un comunicado de prensa del Club Pachuca, tras que el ex futbolista colombiano pasara sus últimos días en un hospital al Sur de la Ciudad de México.

“Por medio del presente, el Club de Futbol Pachuca informa que tras haber sufrido dos episodios de trombosis cerebral que derivaron este lunes en una muerte cerebral”, señaló la directiva de los hidalguenses.

Así, a los 41 años se extinguió la vida de Miguel Calero, quien en ese momento se desempeñaba como entrenador de porteros de los Tuzos.

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