LEÓN -- Javier Torrente levantó a León el torneo pasado de último lugar hasta la semifinal, pero ahora solo suman 3 puntos de 9 posibles.
Desde que ascendió a Primera División la Fiera nunca había arrancado como ahora, con sus dos primeros juegos como local con derrota. En la suma de todo hay tres situaciones que han sido fundamentales para el mal comienzo de temporada.
FUNCIONAMIENTO IRREGULAR
El torneo pasado Torrente encontró un mismo funcionamiento en todas las jornadas. La presión alta era su arma letal, pero ahora ha tenido inconstancia en el funcionamiento, ha sido variado en los tres partidos que ha disputado, esto por la ausencia de jugadores clave que ya dominaban a la perfección el sistema.
“El equipo ha tenido momentos buenos para irse arriba en el marcador, juega bien y no se terminan aprovechando y luego el rival nos hace daño”, dijo el mediocampista Elías Hernández.
PLANTEL CORTO
Comenzaron el campeonato con cinco lesionados (Elías Hernández, Maxi Moralez, Darío Burbano, Alex Mejía y Germán Cano), más dos expulsados (Andrés Andrade y Diego Novaretti).
El plantel se vio debilitado y para completarse se han auxiliado de juveniles. Torrente no ha podido repetir alineación, algo que sí pudo hacer el torneo anterior donde sumó once juegos sin perder. Los cambios en el once, más los elementos clave con lesión han mermado el funcionamiento.
FALTA DE CONTUNDENCIA
Este es uno de los grandes pecados del equipo para su mal arranque; pese a los cambios han tenido llegadas, pero no han sabido concretar.
En tres juegos suman 45 disparos a puerta, sólo 16 de ellos directos al arco y el resto desviados; en promedio, según Match Analysis, necesitan 15 tiros por gol.
Además sólo tienen un centro delantero disponible (Mauro Boselli), quien ha registrado un tiro al arco.