La mayoría rojiblanca en el Estadio Azul pesó desde que los futbolistas de ambos equipos saltaron a la cancha: Una sonora rechifla dio la bienvenida a Cruz Azul y la lluvia de aplausos acogió al Rebaño.
El sonido local presentó a los celestes ante la que tendría que ser su gente, pero contrario al apoyo acostumbrado, los futbolistas de la Máquina se encontraron con un magno abucheo.
Uno a uno, los futbolistas cementeros fueron nombrados en los altavoces, pero siempre fue más el grito de 'Puto,' que retumbaba desde las gargantas visitantes sin distinción alguna.
Caso contrario ocurrió en cuanto se nombró la palabra 'Guadalajara', respondida con un rugido para continuar con aplausos y gritos en el uno a uno de la alineación rojiblanca, aunque el más reconocido fue Matías Almeyda, entrenador del equipo.
Todo cambió para el penalti cobrado por Ángel Mena, cuando al fin apareció el escándalo celeste de entre los pocos lugares pintados de azul, pero evidentes ante el fervor de una anotación