En el momento de más incertidumbre y tensión sobre la continuidad de Darío Verón en Pumas, el central paraguayo perdió la cabeza y se fue expulsado apenas a los 33 minutos por una agresión a Adrián Luna.
En un balón dividido casi a la mitad del campo, Verón peleaba por salir avante, pero en la disputa con Luna le propinó un pisotón que quedó a la vista de César Ramos, quien sin dudarlo, le mostró la cartulina roja.
El defensor, a sabiendas de lo que hizo, ni reclamó. Lamentó la acción, se llevó las manos a la cara y ofreció disculpas a Luna para después marcharse del campo. La afición se quedó inmutada. Tampoco recriminaron al árbitro. La acción fue más que evidente y a su capitán, a quien suelen aplaudir y vitorear, ahora solo mostraron indiferencia.
La expulsión causó que Palencia modificara por completo su esquema y envió a Alejandro Castro a la central junto a Gerardo Alcoba, mientras Veracruz tomó fuerza y se enfiló hacia la meta rival. Apenas unos minutos después la superioridad numérica se reflejó en el marcador, gracias a un gol de Leandro Velázquez.
La cartulina roja para el guaraní se presentó justo en un momento en el que se debate su continuidad en el club. Personajes como el rector de la UNAM han salido en los últimos días a decir que los ciclos siempre tienen un final, mientras que sus compañeros tratan de defenderlo y apoyarlo sobre unas supuestas declaraciones de Rodrigo Ares de Parga en las que dejaba entrever que esta sería su última campaña en el club.
En la recta final del Clausura 2017 y con la situación comprometida para Pumas, Verón, el hombre de más experiencia en el club, se fue con la cabeza abajo ante su expulsión que complicó a los suyos en su pelea por alcanzar los puestos de Liguilla.