GUADALAJARA -- Después de decir que no iría a la conferencia de prensa por un problema estomacal y, finalmente, decidir que siempre sí, el técnico Matías Almeyda manifestó que “por ahora no se me cruza en lo más mínimo por la cabeza” dejar el timón de Chivas.
El argentino dejó claro que no da pie a las especulaciones y “el día que sienta yo que no le puedo dar más nada a Jorge y al equipo me iré, me sentaré con él y le diré que no estoy más; primero se lo diré a Jorge y después a los demás”.
Añadió que mientras sepa que todavía hay esperanzas de levantar a Chivas lo hará con trabajo y dedicación, como le ha caracterizado siempre
La postura del estratega se dio luego que Chivas perdió su cuarto partido en el Clausura 2018 ante Santos (0-2) y el tercero de forma consecutiva, cuando se han disputado seis jornadas en el futbol mexicano.
Matías hizo esperar más tiempo de lo acostumbrado a la prensa, pues antes tenía que ir al servicio, tal como lo confirmó ya en la sala de conferencias.
A pregunta de un reportero explicó lo que le mantiene estar al frente del equipo es saber la buena predisposición que hay en los jugadores hacia el trabajo y el mejoramiento futbolístico, “que se tienen las ganas. El futbol es así, no siempre juegas bien cuando te lo propones ni haces gol cuando lo quieres. Esto es de trabajo y hay que poner el pecho y aguantar”.
Como siempre, no eludió su responsabilidad y señaló que “la palabra crisis pasa por otro lugar y no por aquí”, pues considera Almeyda que hay conciencia que el equipo no está bien “y cuando uno no ve la realidad es el problema. La realidad es que estamos mal y tenemos que trabajar”.
En cuanto al encuentro contra los laguneros manifestó que “el rival pateó poco y definió, tuvo contundencia”, a diferencia de su equipo que –dijo- en el primer tiempo tuvo mucha llegada en relación a otros partidos, pero siguió fallando goles.
Cuando se le preguntó si el equipo da pasos hacia atrás en el torneo destacó que “cuando uno está en momentos de dificultad en el futbol, lo que tratamos es transmitir un poco de seguridad. Muchas veces el miedo de equivocarse bloquea al jugador y a todos. Lo mejor es ser conscientes y estar tranquilos. Ponernos nerviosos ahora y hacer locuras no sirve de nada. Con trabajo trataremos de sacar esto adelante”.
PREOCUPA PIZARRO
Rodolfo Pizarro terminó el juego rengueando y con una herida. “No sé bien si fue patada o qué, pero son cosas del futbol. El torneo que ganamos el título jugamos con varios lesionados y mostrando ese amor propio. Él pudo terminar el juego. Mañana veremos qué es lo que tiene”.