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Brian Aguirre, figura de Argentina Sub 20 en el Mundial: un wing de los de antes

Brian Aguirre, el mejor de Argentina en el estreno mundialista. AP

SANTIAGO DEL ESTERO -- El ADN del fútbol argentino se puede distinguir en diversos rasgos particulares de los jugadores y de los equipos. Aunque muchas veces se caiga en la tentación de reducir "la nuestra" a alguna cualidad puntual conveniente según la coyuntura, la identidad nacional es mucho más compleja y sus múltiples y diversas características elevan su grandeza. Hay virtudes relacionadas con el carácter, con el talento, con la estética... se puede elegir cualquier aspecto y siempre habrá un ejemplo al alcance de la mano para destacar en Argentina.

Uno de los pilares de nuestra historia fueron "los wines". Sin necesidad de entrar en lamentos nostálgicos sobre su desaparición ni en señalamientos sobre los responsables de esto, sí vale la pena resaltar su importancia a lo largo de un siglo. Aunque es muy diferente la tarea de un wing de los veinte en comparación con uno de los setenta, su espíritu es el mismo. Destruir la confianza de los defensores con un amague, un quiebre de cintura o una gambeta veloz. Así siempre ha sido y así siempre será.

La Selección Argentina Sub 20 que está disputando el Mundial en casa tiene un wing de los de antes. Brian Aguirre reúne todas las cualidades de aquellos que lo precedieron en esa posición. No es un "extremo" moderno de recorrido y retroceso, que lo tiene. Es un habilidoso y atrevido delantero que primero piensa en cómo superar al marcador y después en todo lo demás. Tiene como objetivo principal desarmar la defensa con una acción individual. Eso lo desvela. Y ese es el combustible del wing criollo.

Nació a pocos kilómetros de Rosario, en Granadero Baigorria, el centro de la Pampa húmeda del talento argentino. Fue criado por sus abuelos y cultivó su técnica en las canchas de papi fútbol de su pueblo hasta que los captadores de talento de Newell's, Carlos Domínguez y Cristian Salomón, lo llevaron a Newell's Old Boys en 2015, cuando tenía 12 años. Debutó con gol. Luego, hizo su camino en las inferiores y su nombre se repitió en el ambiente del fútbol rosarino hasta que debutó en primera en abril de 2021, a los 18 años.

"Señor Fútbol". El epígrafe de una foto en la que posa con Juan Román Riquelme habla de su gusto futbolístico. Aguirre representa otro costado del ser nacional, pero sabe reconocer a un diez como el actual vicepresidente de Boca Juniors. En ese diálogo entre estilos y características está la esencia argentina. Un genio lento de cabeza levantada y juego lujoso y un crack veloz de habilidad repentina y audaz.

Brian se convirtió en figura de Newell's y del fútbol argentino este año. Ni siquiera fue convocado a la primera fecha contra Platense y recién fue titular en la quinta jornada. A partir de allí, se ganó no solo un lugar en el once de Gabriel Heinze, sino el elogio del medio. Su atrevimiento para pedir la pelota y hacerse cargo desde su capacidad individual fue clave para el cuadro rosarino tanto en el Torneo de la Liga como en la CONMEBOL Sudamericana.

Es uno de los cinco jugadores con mayor cantidad de gambetas intentadas en el torneo local y uno de los primeros tres en el campeonato internacional, donde también es el que mejor porcentaje de efectividad tiene en ese rubro. Tratar de gambetear es bueno, pero ganar en esos intentos es mucho mejor.

En estos tiempos en los que los entrenadores han decidido utilizar los extremos a pierna cambiada para que jueguen hacia adentro y no hacia afuera, Aguirre despliga su talento de desborde incluso cuando juega por la izquierda. Sí, se mueve a perfil invertido, pero su estilo es el clásico de salida hacia la banda para explotar el uno contra uno. Cuanto más veces encare al defensor con pelota dominada, más provecho le sacará su equipo a sus acciones.

En un plantel con varios jugadores que se formaron en Europa, uno de los mejores de la primera fecha fue un talento cien por ciento argentino. Un talento salvaje, de los que crecen por el simple contacto con el aire y la tierra campeona del mundo. Brian Aguirre es un símbolo. El futbolista que el torneo argentino tiene para ofrecerle al mundo.