La selección de Estados Unidos sacó un milagroso empate 1-1 contra Honduras en la octava jornada de eliminatorias de la CONCACAF rumbo a Rusia 2018. Aquí, las tres claves del partido en el Estadio Olímpico Metropolitano en San Pedro Sula.
1. Un milagro estadounidense en Honduras
Hay que reconocer que este empate es un auténtico milagro para la selección de Estados Unidos. No mereció conseguir un resultado, pero el fútbol premia a los equipos que no se rinden y a pesar de contar con poco fútbol ante Honduras, EE.UU. logró un punto de oro gracias al gol de Bobby Wood en el minuto 85.
Honduras fue superior en todo el partido y el marcador pudo ser muy abultado a su favor, pero no pudo liquidar el partido. Si el equipo de Jorge Luis Pinto se queda fuera del Mundial va a recordar lo que pasó este martes en San Pedro Sula.
Lejos de su mejor versión, EE.UU. todavía mostró carácter. Luchó hasta el final, hizo las intervenciones en el último momento cuando el segundo gol hondureño estaba al punto de de caer y al final aprovechó una de las pocas ocasiones de gol que tuvo en todo el partido.
Si Estados Unidos llega al Mundial, este es el partido que va a permanecer en la memoria de todos sus aficionados como la clave de su clasificación.
2. Siguen los errores defensivos
La realidad EE.UU. en este momento es que cuenta con una defensa muy frágil. Se vio nuevamente ante los catrachos. El central Omar González cometió un gran error y lo aprovechó Romell Quioto para hacer el 1-0.
Esta es la continuación de las cosas en este ciclo. Desde la pésima derrota 2-0 a Guatemala en marzo 2016 hasta este martes, el fondo EE.UU. ha sido un desastre, equivocando en momentos muy importantes de los partidos. Lo que fue uno de sus puntos más fuertes, los centrales, ahora es una de las áreas más débiles del equipo. González, Geoff Cameron, Tim Ream, Matt Besler… Da igual. Ninguno de ellos funciona.
EE.UU. tiene que aceptar que su defensa está en un mal momento y no parece que hay solución.
3. A pensar en Panamá
Ahora, EE.UU. va a pensar en Panama que será un partido brutal. El equipo de Bruce Arena estará obligado a ganar sí o sí. Panamá es un rival que ha sacado un empate 1-1 en los últimos cuatro encuentros ante EE.UU., así que los tres puntos no son nada firmados.
Afortunadamente para EE.UU. se juega el pase al Mundial en casa. El respaldo de la afición va a ser más importante que nunca. Las conversaciones sobre tácticas, alineaciones y estrategia son segundos. El partido contra Panamá será un partido bravo, un partido de ganas, un partido de coraje. A ver si EE.UU. juega con ello.