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Uno por uno de España ante Irán

DE GEA. Frío. Puesto en el escenario por su mal debut ante Portugal, la poca prestancia iraní en ataque le permitió disfrutar de una primera mitad muy apacible. En la segunda, sin embargo, sufrió más el asedio persa, mostrándose seguro por alto y aparcando las críticas.

CARVAJAL. Sufridor. Ausente en el debut por la lesión que sufrió en la final de Champions, recuperó el puesto entrando en el once por Nacho. Apenas exigido en defensa durante la primera mitad, se sumó al ataque sin mucha precisión y acabó sufriendo en la segunda ante el asedio rival.

SERGIO RAMOS. Líder. El planteamiento ultradefensivo iraní provocó que se sumara mucho al ataque en los primeros 45 minutos, en busca del remate por alto y en el lanzamiento de una falta. En tareas de contención se mostró tan expeditivo como seguro, multiplicándose en un segundo tiempo más exigido.

PIQUÉ. Desubicado. No se complicó la vida en una primera parte sin exigencias, rozó el gol al inicio del segundo tiempo y se apañó, con dificultades, en el segundo, desplazado en un par de ocasiones de su puesto y pasando por más problemas de los esperados.

JORDI ALBA. Carrilero. Se adueñó del carril izquierdo del ataque, con criterio y asociándose con prestancia con quien le acompañase antes de ofrecer buenas asistencias al área, por alto y por bajo, que costó que fueran aprovechadas por sus compañeros. En la segunda mitad debió aplicarse más en tareas de contención.

BUSQUETS. Agobiado. Queiroz ordenó un marcaje severo sobre él a la que dirigía el juego más allá del centro del campo. Sufrió a la hora de repartir el balón por más que se mostró calmado y bien acompañado, pero dio la sensación que con el despertar iraní le faltó fuelle.

INIESTA. Veterano. Acostumbrado a enfrentar defensas muy cerradas en el Barça, se armó de paciencia y combinó con tacto a la espera de un resquicio por el que buscar un pase profundo que no llegó… Hasta que encontró a Diego Costa para darle el milimétrico pase del 1-0. Fue sustituido por Koke a los 71 minutos.

ISCO. Discontinuo. Capaz de maravillar por su sutileza y toque de balón, mezcló excelentes aportaciones con desapariciones preocupantes. Con el paso de los minutos se le notó nervioso y alejado de la prestancia esperada.

SILVA. Lógico. Como Iniesta, tiene la virtud de la paciencia, la calma y el no precipitarse sin necesidad. A la vista de la cerrada defensa rival buscó el espacio para el disparo, sin suerte, y fue de los más solventes en la combinación.

LUCAS VÁZQUEZ. Invisible. Entró por Koke en el once titular, se supone que para dar mayor verticalidad al ataque y, sin embargo, casi nunca se marchó por velocidad ni supo abrir la defensa por las bandas. Señalado como recurso, no aprovechó la oportunidad como protagonista. Fue sustituido por Asensio a los 79 minutos.

DIEGO COSTA. Afortunado. Padeció un partido agobiante como no debe recordar, con hasta seis rivales rodeándole en el área, con marcajes ferreos y sin un triste espacio. En la primera parte pisó, sin necesidad, al meta iraní jugándose, incluso, una expulsión que no habría sido exagerada… Y en la segunda aprovechó, con suerte y de rebote, el medido pase de Iniesta para lograr el gol de la victoria. Le sustituyó, en el tramo final, Rodrigo.

KOKE. Serio. El despertar iraní provocó su entrada para dar más pausa al juego, como ayudante de Busquets. Cumplió sin estridencias.

ASENSIO. Fino. Refrescó como pudo el juego de combinación en la recta final, mostrando calidad y finura.

LUCAS VÁZQUEZ. Anecdótico. Entró por Diego Costa cuando el partido entraba en el tiempo añadido. Sin tiempo a hacerse notar.