<
>

Análisis: Perú dice adiós al Mundial con la cabeza en alto

La alegría peruana en Rusia se apagó en Ekaterinburgo, donde Francia se aseguró el pase a octavos de final y provocó su despedida de un Mundial en el que el equipo de Gareca ofreció buenas sensaciones pero insuficientes soluciones. Deschamps, después de la mala presentación gala ante Australia, reculó en su idea inicial, puso en el once a Oliver Giroud condenando a Ousmane Dembélé, cambió a Corentin Tolisso por Blaise Matuidi, y Francia fue otra.

Un solitario y afortunado gol de Kylian Mbappé, al regalarle la portería a placer tras el rebote del disparo de Giroud, le bastó a Francia para cumplir el reto de ganar. Lo hizo sufriendo hasta el último suspiro, enfrentada a una rival que nunca se traicionó a sí misma y lamentó el KO final... Pero que puede dejar el Mundial con la cabeza muy alta.

Perú gustó en su desafortunado debut contra Dinamarca y volvió a agradar frente a Francia... Pero cayó penalizado por la colocación de Hugo Lloris al disparo de Paolo Guerrero con el 0-0 en el marcador, el desafortunado rebote en el disparo de Giroud que regaló el gol a placer de Mbappé y su falta de puntería en una segunda mitad que encaró con grandeza.

Francia puede estar contenta porque ya cumplió el inicial objetivo de meterse en octavos y puede empezar a pensar en Croacia o Argentina... O a saber si quizá en la Islandia a la que echó sin contemplaciones en los cuartos de final de la Eurocopa de 2016. Sufriendo, porque pocos son los equipos que no están sufriendo en este Mundial, el colectivo de Deschamps va mostrando una personalidad suficiente para ser protagonista del evento.

CRECIMIENTO
El entrenador francés entendió que Mbappé le ofrecería más atado a una banda que con libertad por todo el ataque, y así solventó sacar del escenario a Dembélé después de su mal partido ante Australia para jugar con un ‘9’ de referencia. Le salió bien la apuesta porque a ello le sumó la entrada de Matuidi para acompañar a N'golo Kanté y Paul Pogba, lo que provocó que el centro del campo francés fuera casi siempre superior al empeño peruano, roto en dos partes, sin solución de continuidad en su juego y, por ello, víctima de una fatiga evidente.

A Perú le quedó el triste consuelo de marcharse a casa sin renunciar a su personalidad. A sus jugadores les dio igual tener enfrente a Giroud o a Pogba porque mantuvieron innegociable su apuesta por el toque, por conducir el balón con criterio hacia el campo francés y buscar un golpe de suerte.

Lo rozó un tiro potente de Pedro Aquino que chocó contra la escuadra y que fue el preludio, en la segunda mitad, del crecimiento peruano, inasequible al desaliento y que con la entrada de Jefferson Farfán multiplicó sus intenciones ofensivas ante una zaga francesa firme pero exigida y que daba signos de suplicar a Deschamps aire fresco.

Así el entrenador dio entrada en el último cuarto de hora a Dembélé por un agotado Mbappé para recuperar la profundidad... Pero para entonces ya peleaba contra el reloj una selección peruana dispuesta a morir en el intento de lograr un empate que la mantuviera con una mínima esperanza para la jornada final.

Lo buscaron los Incas hasta el último suspiro pero su pelea incansable no tuvo premio. Francia ya está en octavos, pendiente de jugarse la primera plaza con Dinamarca (le vale un empate) y Perú se convirtió en la cuarta selección eliminada del Mundial. Se marcha a casa, sí... Pero con la cabeza muy alta.