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A 20 años de la Semifinal Francia-Croacia

Stade de France, 8 de julio de 1998. Francia, la anfitriona, se enfrenta a Croacia en la segunda semifinal del Mundial. Espera la Brasil de Ronaldo, que un día antes superó en la tanda de penalties a Holanda. Es el día grande de los Bleus… pero también de los croatas, que en su segundo gran torneo (fueron cuartofinalistas en la Eurocopa de 1996) desde la declaración de independencia están a un paso de la historia.

Al descanso se llega con 0-0 y apenas comenzar la segunda mitad Suker cede un balón en el centro del campo a Asanovic; Davor se marcha a la punta del ataque y, de la nada, el talentoso mediocampista que acaba de ser traspasado por el Nápoles al Panathinaikos le lanza un balón medido, en diagonal, que pilla a todo el mundo por sorpresa, solventándolo el delantero madridista con un disparo fino y raso ante la salida desesperada de Barthez.

Gol. ¡Gol! Croacia se avanza en el marcador y mientras más de 10 mil hinchas balcánicos lo celebran en la grada ante el pasmo local, frente al banquillo Miroslav Blazevic, seleccionador de los Vatreni se lleva las manos a la cabeza exigiendo concentración máxima a sus hombres. Hay que estar atentos a la reacción gala…

Apenas un minuto después, frente al área, al bueno de Boban no se le ocurre otra cosa que juguetear de forma estúpida de la que se aprovecha Thuram para robarle el balón, pasarlo a Djorkaef y, entrando en el área, esperar la devolución de la pelota para batir con un disparo cruzado a Ladic en su salida. La desesperación del veterano Blazevic es evidente, el sentimiento de culpa de Boban enorme. Ahí, en un abrir y cerrar de ojos se empieza a acabar el sueño.

El propio Thuram, lateral que sobresale en el mejor Parma de la historia, consumará la remontada francesa en el minuto 70 con un disparo esquinado y lejano que provocará la locura en el Stade de France. Aime Jacquet, seleccionador de los Bleus, reclama entonces concentración a los suyos. Y los suyos no fallarán.

La expulsión de Laurent Blanc convertirá el desemboque del partido en una carrera contra el reloj de los croatas… Que en el minuto 94, en la última ocasión del partido, verán volar a Barthez de manera milagrosa para evitar la igualada. Fin. Se acabó.

REVANCHA

Se cumplen ahora 20 años de aquel Mundial que se mantiene marcado en el recuerdo de una Croacia que en 2002, 2006 y 2014 no pasó de la primera ronda y que ni logró clasificarse para el torneo de 2010. Una Croacia a la que a penalties eliminó Turquía en la Eurocopa de 2008 y que hasta esta Copa del

Mundo en Rusia había visto como todas sus esperanzas quedaban en decepciones.

Es el turno de Modric y Rakitic; de Subasic, Lovren, Perisic y Mandzukic… De la selección llamada a tomarse la revancha de aquella derrota de París. El recuerdo de Suker, hoy presidente de la federación, Boban, Jarni, Vlaovic, Stimac, Asanovic, Prosinecki y demás que se quedaron a un paso de la final pero conquistaron el corazón de toda una nación que todavía se relamía las heridas de aquella guerra fratricida que significó la desmembración de la antigua Yugoslavia.

Al cabo de 20 años de la fiesta en Francia, Rusia recoge el testigo de una Croacia muy distinta pero con el mismo ánimo. No tiene enfrente a la anfitriona pero se enfrentará a una Inglaterra tan poderosa como ansiosa por romper la barrera de una semifinal que disputó por última vez en 1990.

Moscú espera una semifinal de vértigo… Y repleta de historia.