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Henningsvaer y Reine Stadion, dos campos que te dejarán sin aliento

Nota del editor: Tercero de varios artículos relacionados a la tercera temporada de la serie ganadora de múltiples Emmy de ESPN, Greenland, que explora históricos y espectaculares campos de fútbol alrededor del mundo.

ISLAS LOFOTEN, Noruega - Es un día de finales de junio en Noruega. No cae la noche, pero sus atardeceres son espectaculares. Y sus campos de fútbol, también. Dos lugares en específico llaman la atención: el Henningsvaer y Reine Stadion.

Muy posiblemente los habrán visto en redes sociales. De esos campos en que sus paisajes opacan el propio terreno de juego. Que se ven en películas y/o series ganadoras de Emmy, tales como la de nuestros colegas de ESPN Originals, Greenland.

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Eso sí... Llegar hasta aquí no es tarea sencilla.

Si vienes desde algún aeropuerto de Estados Unidos, tienes que hacer escala en Londres. De allí, partes hacia Oslo. Una vez en la capital noruega, tomas una avioneta hacia Bodø, un pueblo dentro del círculo polar ártico a mil kilómetros al norte. Luego, abordas otra avioneta (o ferry) hacia las islas.

El trayecto es largo y cansino, pero tiene su recompensa. Se los prometemos. Es aquí donde comienza la verdadera aventura.

Las Islas Lofoten son un archipiélago de cientos de islas e islotes. Desde el aire, puedes apreciar sus altísimas montañas repletas de agua a sus alrededores. Miles de turistas viajan constantemente para hacer 'hicking' y otras actividades.

Si alguna vez te sentaste a ver la popular serie de televisión, 'Vikings', parpadeas y te teletransportas a ella. Si estás de suerte, puedes ver navegando una réplica del famoso 'drakkar', que no es otra cosa que un antiguo barco vikingo.

Una vez llegas -y te mueves a tu destino final- en sus estrechas carreteras observas cientos de casitas de madera en colores. El olor a bacalao ártico, el recurso más importante de la pesca noruega, predomina en la costa.

Igualmente, el constante sonido producido por sus aves te avisa que estás en un lugar muy diferente cualquier otro lugar del mundo. De las aproximadas nueve mil especies en el mundo, unas 300 tienen su hábitat natural en Noruega. De ahí que el intenso ruido no cese.

En nuestro camino a unas cabañas nos cruzamos con el Museo Vikingo de Lofotr, localizado en el pueblo de Borg, que se encuentra en una cresta cuyas laderas descienden hacia dos bahías. Imposible no sorprenderse.

El museo abrió sus puertas en 1995 y ofrece una de las experiencias más espectaculares de lo que fue la era vikinga en Noruega.


HENNINGSVAER STADION

Steinar Green Hansen se amarra los botines previo a un partido interescuadras entre combinados de Henningsvaer y Reine, respectivamente.

Está en su horario libre, cuando le da tiempo para practicar su otra gran pasión: ser entrenador de fútbol. Durante el día, trabaja en una tienda de artículos de pesca y reparación de barcos. Luego, dirige el equipo de su hermano y forma parte del staff técnico de la selección U15 femenina de Noruega. Tiene actualmente 25 años.

"Recientemente saqué mis licencias de UEFA. Fui también administrador del equipo U17 femenino de Noruega en un torneo europeo en Bosnia", explica Green Hansen a ESPN Digital, al tiempo que admira a lo lejos el dorsal del Manchester United con el cual llega uno de sus futbolistas. "Soy fan del United", confesó.

El Henningsvaer Stadion está ubicado a la costa norte de Noruega. Es considerado uno de los campos de fútbol más hermosos del mundo.

Al no tener gradas, solo alberga partidos entre equipos aficionados.

Steinar procede a dar más de contexto sobre su 'amor' por los 'Red Devils'. "Mi vecino veía los partidos y era parte de uno de los 'supporters clubs'. Me dijo que, si firmaba unos papeles, nos daban una bufanda gratis. Así empezó todo", explicó.

El gran ídolo de Steinar siempre ha sido Cristiano Ronaldo, quien se marcharía unos meses después a Arabia Saudita con el club Al Nassr.

Y su referente actual, viste los colores del Manchester City. "No miento que me duele ver ahora a Erling Haaland con la camiseta rival", sonríe antes de marcharse a su banquillo a impartir instrucciones. Otro gran ídolo y compatriota suyo, Ole Gunnar Solskjaer, jugó también y entrenó en Old Trafford.

Mientras se marcha, Steinar se voltea y puntualiza: ¿Irónico no? Noruega tiene al mejor delantero masculino del mundo y a una de las mejores jugadoras en Ada Hegerberg".

Razón no le falta, pues la población de Noruega no llega a los seis millones de habitantes. Haaland se encamina a romper el récord de goles para un jugador en la Premier League, mientras que Hegerberg se agenció del primer Balón de Oro femenino en 2018.

Pasan los minutos y algunos de los futbolistas que llegan al campo ya se conocen. Henningsvaer es un pequeño centro turístico que alberga unos 500 pescadores y menos de 25 mil habitantes.

Rodeada por el mar, la zona se conecta con la isla principal a través de un puente construido hace 30 años.

El estadio tiene rejillas laterales para evitar que el balón acabe en el agua.

A la otra esquina del banquillo llega Nok Sandholm, nacida en Tailandia, y adoptada a los seis años por padres noruegos. Aunque no lo parece, tiene 44 años. Está en mejor condición física que muchos de los jóvenes de ambos equipos.

Sus padres, que intentaron -pero nunca pudieron tener hijos- optaron por dejarle su nombre de pila. "Me encanta todo aquí. Es mi casa", se presenta a ESPN, al tiempo que nos introduce a su fiel amigo y perro Simba.

"En Lofoten hay buen clima en verano. Gran invierno. Simba es mi 'partner in crime'. Le encanta correr cuando hago esquí y perderse en las montañas. Surf, esquí, soccer, en ese orden", manifiesta sin querer Nok, haciendo alusión a la famosa pancarta que el ahora retirado futbolista galés, Gareth Bale, sacó durante un partido de su Selección.

Nok tiene una hija de 17 años, con la cual describe tiene una relación magnífica, tal y como tuvo con su fenecida hermana mayor, que murió en un accidente. "Siempre está en mi mente".

Empieza el partido. Tras un ida y vuelta parejo, al final el equipo de Steinar sucumbe ante su rival. Se lamenta por unos 10 segundos... Rápidamente resta importancia: "Lo principal es haber disfrutado".

En causa perdida, Nok anotó par de goles. "Me vi bien eh?".

Steinar, Nok y varias personas más, terminan juntándose para ir a comer a un establecimiento cercano.

Un hombre con una guitarra interpreta varias canciones de Pink Floyd y Oasis. Se escucha un turista a lo lejos, cargando 'souvenirs' de figuras mitológicas como Thor: "No sabía que habíamos llegado a Inglaterra".


REINE STADION

Thomas y Espen Skoglund Windstad se divierten sobre el campo sintético del Reine Stadion a la espera de grabar varias escenas para la tercera temporada de Greenland.

Lucen cómodos, en su hábitat. Las inmensas montañas a su alrededor no parecen intimidarles. Están acostumbrados a este tipo de paisajes. También al sonido del agua, pues se criaron en una casa a la orilla de la playa por el municipio de Moskenes.

Similar al campo de Henningsvaer, el de Reine está rodeado de agua y tiene rejillas. El día es perfecto.

En la cordillera permanecen todavía rastros de nieve de la última nevada que cayó hace unos meses. El sonido del agua golpea las piedras cerca de los palets, que no es otra cosa que estructuras de madera en donde se deja secando el pescado.

Espen es conductor de camionetas y, en su tiempo libre, jugador de fútbol. Su hermano Thomas, en cambio, milita en tercera división con el club Harstad IL. "Ambos empezamos jugando en la sala de nuestra casa. Mi madre siempre estaba asustada de que no rompiéramos nada", revela Thomas con una sonrisa.

Cuando tenía 15 años, Thomas se acuarteló en una escuela especializada de fútbol. Su carrera iba viento en popa. Se estrenó en primera división con el equipo Baerum SK, pero una lesión prácticamente lo sacó de carrera. Previo a eso, llegó a viajar a Brasil con un seleccionado de secundaria (NTG), ganándole un amistoso al filial del Santos. Un jovencito brasileño llamado a ser la próxima superestrella del fútbol mundial estaba ese día entrenando en el campo ... Neymar.

Thomas hoy en día es maestro, futbolista profesional y sigue estudiando. Su salario mensual jugando futbol ronda en unos 400/500 dólares mensuales. Ha jugado, también, para los clubes Flakstad IL, Leknes FK, Ullern IF, Lyn y Mjølner.

Thomas hace pausa para apreciar y contemplar las rarezas de este peculiar campo de fútbol. "La naturaleza es diferente, especialmente en Lofoten... Sus montañas, el mar y lindas vistas", expresó.

Su hermano Espen asiente: "Aquí se puede hacer de todo, incluyendo escalar montañas y en invierno, esquí".

Rune Solstad, que igualmente trabaja como maestro, se acerca y los saluda. Con 44 años, sus mejores días sobre el terreno de juego ya pasaron. Ahora es entrenador.

Una lesión de rodilla hizo que hace una década optara por retirarse del deporte que sigue amando. "Cuando era niño, mi padre, también ex jugador, me llevaba a sus partidos. Siempre era bienvenido en los vestuarios. Todos jugaban conmigo", dijo. "Jugué en varias divisiones hasta que opté por retirarme. Tengo tres hijos que alimentar".

Muchos turistas -incluso noruegos de otras partes- aprovechan su visita al campo para también escalar la famosa montaña Reinebringen. Los que vencen sus miedos y completan la ruta de una a dos horas (ida y vuelta), se llevan su premio: una panorámica increíble del pueblo Reine, Reine Stadion y gran parte de Lofoten.

Nos cruzamos con un padre junto a su esposa e hijos que, similar a nuestra expedición, visita por primera vez este campo.

"Soy de la parte del sur de Noruega, en donde es bastante plano... Así que este lugar es asombroso para mí, también, similar a ustedes", nos dice Rune Havan.

"Es un lugar hermoso y con un clima magnífico", añade su hijo Lucas.

Caen las nueve de la noche, todavía con un sol tan radiante como al mediodía, y comienzan a marcharse todos del campo. Es tarde y muchos tienen que llegar ya a sus casas.

Fin de una jornada futbolera exitosa. Algunos no se volverán a ver nunca más. Vinieron de otras partes de Noruega o de otros países, como nosotros.

Los campos de Reine y Henningsvaer son el digno ejemplo de lo que definen las Islas Lofoten: bella rareza.

Meses después de este suceso, los que se quedan en Lofoten tendrán la dicha nuevamente de ver la aurora boreal, uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. El mismo se produce cuando las partículas procedentes del viento solar son guiadas por el campo magnético de la Tierra, dirigiéndose hacia los polos.

Cerramos nuestra visita a las Islas visitando el hogar de Steinar, quien deja que Thomas y Espen cocinen carne de ballena (Noruega es el único lugar de Europa continental donde se puede degustar esta carne).

La prueban, aunque parece no gustarles. Charlan sobre sus distintas experiencias en fútbol, para finalmente dar por sentenciados sus debates futbolísticos jugando al FIFA en un PlayStation.

Nos despedimos, añadiendo nuestros contactos y prometiendo que nos volveremos a ver.

"Esperamos que les haya gustado nuestro país", nos dicen a lo lejos los hermanos Thomas y Espen.

Por supuesto, respondemos, a la vez que soltamos algunos la invitación a Estados Unidos.

"En 2026 habrá 48 Selecciones en el Mundial... Los esperamos acá".

Se miran fijamente, "es un trato".