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Rigoberto Urán, un ejemplo de superación

Mucho antes de llegar a ser un consagrado dentro del ciclismo colombiano y mundial, Rigoberto Urán le dijo a un amigo: "Algún día, voy a a estar corriendo allá". Juntos, miraban por TV imágenes del Tour de Francia. Nadie creía en esos tiempos que ese joven nacido en Urrao el 26 de enero de 1987 llegaría tan lejos.

Sin embargo, demostró que con esfuerzo, trabajo y sacrificio todo es posible, aún pasando por momentos muy difíciles. Uno de ellos fue, nada menos, que la muerte de su padre, quien falleció asesinado por un grupo de paramilitares en los años donde Colombia sufría por la guerra interna.

Rigo, como le decían, tuvo que tomar en ese momento una decisión: seguir con la bicicleta o dedicarse a buscar un trabajo para ayudar a su familia. Y lo hizo: durante un tiempo, vendió billetes de lotería. Pero el amor por el ciclismo fue más fuerte. Ese amor, esa pasión por el deporte de las dos ruedas, llegó justamente desde su padre. Fue él quien lo motivó a correr desde chico, aunque el joven Rigoberto ya mostraba interés en el deporte. De hecho, practicó fútbol y natación antes de probar con el ciclismo.

La llegada a esta disciplina fue casual, cuando un tío le prestó una bicicleta para que participara en una carrera en su pueblo natal. Mientras otros corrían con la indumentaria adecuada, y con una preparación rigurosa para el evento, Rigoberto se subió sin dudar, vestido tal cual estaba. En pocos minutos, todos quedaron maravillados con ese desconocido que casi sin despeinarse había llegado al primer escalón del podio.

Desde allí, comenzaría a cimentar su carrera. A los 15 años, ya estaba bajo el radar de la federación ciclística de Antioquía, donde fue convocado para participar dentro de sus selecciones. Y a partir de allí, vendrían los éxitos. El primer logro importante fue la conquista, en el año 2004, de la Vuelta del Porvenir, de Colombia, un torneo tradicional donde compiten las grandes promesas de este deporte, título que volvería a conquistar un año más tarde.

Luego llegaría a Italia, ya como profesional, comenzando una carrera impecable: sin dudas, para destacar, se encuentran la segunda posición en el Giro de Italia de 2013 y 2014 y el segundo escalón del podio en el Tour de Francia de 2017. Lejos de conformarse con esas conquistas, Urán hizo historia también con la selección de su país, cuando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 obtuvo la medalla de plata en la prueba de ciclismo de ruta.

Italia es el lugar que lo vio crecer, y donde logró cosas importantes. En 2012 fue premiado como el joven más sobresaliente del Giro, y un año más tarde, al salir segundo de la máxima prueba, quedó en la historia como el primer colombiano en llegar al podio de la clásica competencia.

También, Italia fue el país que lo vio sufrir. Allí comenzó su carrera como profesional, y en el mismo año en el que arrancaba con ese desafío sufrió la fractura de la clavícula. Fueron años intermitentes en cuanto a resultados, pero donde la garra y el esfuerzo aparecieron más firmes que nunca. Hoy, con 31 años, ese sacrificio está intacto y a la espera de nuevos desafíos.