Tuluá comenzó con las ganas de un equipo debutante en un torneo como la Libertadores, con buena disposición, manejando el juego e intentando llegar rápidamente a la portería defendida por Hugo Pineda. El equipo mexicano por su parte se fue acomodando en el campo, tratando de reaccionar ante la arremetida de los colombianos.

Sin embargo, muy pronto saldría la jerarquía y experiencia de un equipo como América que fue tomando la ruta del partido y comenzó a inquietar al portero Darío Aguirre. Entonces se hizo más latente la inexperiencia del equipo colombiano que perdió el contacto con el balón y dejó que el rival se adueñara de las acciones.

De esta manera en el minuto 38 se concretó un pase perfecto de Iván Zamorano que llegó a los pies de Hugo Castillo, quien aprovechó que el portero Aguirre estaba un poco adelantado y con un remate limpio elevado envió el balón al fondo de la red.

El Tuluá se marchó con desventaja al descanso esperando mejorar en la etapa complementaria; sin embargo pasó todo lo contrario pues no se había acomodado aún en el terreno de juego, cuando Jesús López, tras un remate a ras de piso concretó la segunda anotación que dejó aún más quietos de lo que estaban a los jugadores del Tuluá. Aunque intentaron reaccionar un poco, los dirigidos por Héctor Quintabani no pudieron descontar en el marcador, menos aún, cuando en el minuto 51, por doble amonestación, Francisco Mosquera salió expulsado del partido dejando al equipo con 10 jugadores.

Muy poco fue lo que pudieron hacer los colombianos, mientras que los mexicanos estaban más cerca de aumentar el marcador que de recibir un gol en contra.

La mala noche del Tuluá se afianzó con la lesión de William Vásquez, quien no pudo continuar en el juego, cuando ya se habían realizado los tres cambios reglamentarios. Con nueve hombres y ante jugadores de gran nivel como Frankie Oviedo, que fue el motor del América, o Iván Zamorano, entre otros, Tuluá debió resignarse a un debut con derrota en su casa.