A River no tendría que asustarlo esta alternativa. Está puntero, su plantel es jerarquizado y numeroso y parece tener menos que perder que otros en los mares de la hiperactividad. Acaba de pasar una buena prueba, ante un Vélez no especulativo, en la que recogió tres puntos que sirven, y mucho, pues fue uno de esos partidos en que no se juega del todo bien.

La suerte del campeón, que le dicen, suerte que también podría alcanzar a un Gimnasia que anda derecho y a un Racing que enhebró cinco victorias al hilo aunque no pueda darse el lujo de que se resfríe, siquiera, el arquero Campagnuolo, figura consular de los dirigidos por "Mostaza" Merlo.

De los cuatro que vienen con 12 puntos -lejos, a ocho del líder- sólo Boca parece pensar medianamente en esa tabla. Para Talleres comenzaron tiempos difíciles, sin el oxigeno que suponía seguir en la Copa Libertadores, mientras que Huracán y Banfield están enfrascados en otra tabla, en la que los empates, en lugar de sumar, restan valiosas centésimas y acercan peligrosamente al abismo.

San Lorenzo tiró la toalla antes de tiempo y sólo apuesta a ganarle por lo menos por dos goles de diferencia a Peñarol de Montevideo y así seguir con vida en la Copa Libertadores. Probablemente, de aquí en más elija los partidos en que jugará con todo el potencial en el marco de un Clausura en el que ya perdió el tren de la fama.

Es el momento en que se juntan a una misma altura de media tabla equipos que habían arrancado con expectativas muy diferentes. Biblia y calefón. Por allí convergen el ex asombroso Newells Old Boys, el más prometedor que cumplidor Colón de Santa Fe y el "nuevo" Chacarita, versión "Pato" Pastoriza, que vino a corregir aquel arranque en el que sumaba poco y nada.

Estudiantes y Lanús quieren alejarse definitivamente de los descensos, Vélez piensa seguir dándole horas de vuelo a su piberío prometedor e Independiente pinta para seguir sufriendo. Todo lo que viene por debajo, Unión, Nueva Chicago, Belgrano y Argentinos Juniors está ahí por unanimidad: viajan en segunda en el torneo y en la tabla de promedios.

La fecha produjo el debut-reaparición de César Luis Menotti, con un estreno feliz para su Rosario Central, que puso en fuga a los técnicos Brown y Enrique de un Chicago con aspecto de volver a los sábados.

Menotti se mostró más entusiasta y divertido con la vuelta a las canchas que propenso a sus antiguas peroratas y bajadas de línea acerca del "fútbol que le gusta a la gente". Por ahora, apenas su oportuna referencia a Aníbal Troilo lo emparentó con el discurso que solía esgrimir en sus años de gloria.