El partido clásico se disputó en el estadio Monumental ante unos 15 mil espectadores y el único gol sobrevino a los 10 minutos del primer tiempo, y a manera de todo un desgraciado presagio de lo que tendría que soportar el pobre Independiente, que hizo mucho, casi todo, no sólo para empatar sino para llevarse los tres puntos que tanto necesitaba.

Fue un pelotazo largo, alto y aparentemente defectuoso en el borde del área grande en procura de Eduardo Coudet. Parecía una acción inofensiva que de súbito se transformó en júbilo para River y desconsolada frustración para el rojo de Avellaneda: el zaguero José Luis Zelaye cabeceó para atrás, el arquero Darío Sala estaba mal ubicado, a mitad de camino y la pelota que se incrustó en el ángulo superior izquierdo.

Hasta ese momento casi nada había ocurrido y River apenas se había acercado al área visitante a los 7 minutos con dos corners, mientras que Independiente luchaba por la supremacía de la zona clave del centro del campo, que acabaría dominando de manera aplastante.

A los 25 minutos se produjo una circunstancia acaso clave para el posterior desarrollo del juego. Cristian Ledesma, lesionado, tuvo que dejar la cancha y en su lugar ingresó Matías Lequi, un sustituto de características totalmente diferentes. De hecho, salió un dotado técnicamente, con gran manejo de pelota, tiempo y pausa y entró un típico defensor de lucha, limitado en el rubro sutileza.

Fue una baja que no pudo solucionar River y que le causó un notorio desequilibrio en la zona de gestación. A partir de allí, creció la figura del armador de Independiente Federico Insúa, hasta llegar a alturas insospechadas, especialmente en el segundo tiempo, que el visitante dominó a voluntad y antojo a partir de los 20 minutos, cuando River ya no tenía respuestas siquiera físicas, ya que el fútbol lo había perdido por completo.

De los 26 minutos hasta el final del partido, Independiente dispuso de siete situaciones de gol, dos de ellas clarísimas, justo en los últimos y desesperados intentos del descuento de cuatro minutos otorgado por el árbitro Héctor Baldassi, nuevamente de destacada tarea.

Pero no hubo caso. Matías Vuoso parecía con los botines puestos al revés, Pablo Cuba una venda que le tapaba los ojos cuando tenía que definir y otro tanto corría por cuenta de la mala suerte y del arrojo del arquero Angel Comizzo.

River conseguía su primera victoria de local después de empates sin goles con los modestísimos Nueva Chicago y Banfield. El holgado puntero se sacó un estigma de encima. Pero también se vació de ese fútbol elegante y contundente que supo mostrar al comienzo del torneo.

SINTESIS DEL PARTIDO:

River: Angel Comizzo; Ariel Garcé, Martín Demichelis, Ricardo Rojas; Eduardo Coudet, Cristian Ledesma, Esteban Cambiasso, Víctor Zapata; Andrés D'Alessandro, Ariel Ortega; y Fernando Cavenaghi. Director técnico: Ramón Díaz.

Independiente: Darío Sala; Juan Carlos Tissera, José Luis Zelaye, Mariano Pernía; Leonardo Pekarnik, Walter Bustos, Matías Villavicencio, Juan Eluchans; Federico Insúa, Pablo Guiñazú; y Matías Vuoso . Director técnico: Néstor Rolando Clausen

Gol: En el primer tiempo, 10m. Zelaye (I) en contra

Cambios: En el primer tiempo, 25m. Matías Lequi por Ledesma (R). En el segundo tiempo, 17m. Pablo Cuba y Hernán Franco por Eluchans y Zelaye (I), 23m. Juan Eduardo Esnaider por Ortega (R), 28m. Ariel Franco por Cavenaghi (R)

Arbitro: Héctor Baldassi

Recaudación: $ 98.501.