El que todos conocían como Eriberto Silva da Conceicao, de 23 años, se llama en realidad Luciano Siqueira y cumplirá 27 años el próximo mes de diciembre, según la confesión del propio jugador que publicó el viernes el diario deportivo "Corriere dello Sport".

El brasileño confiesa que aceptó falsificar sus propios documentos, aconsejado por "algunas personas" en 1996 para poder jugar en el equipo juvenil del Palmeiras de Sao Paulo, junto a compañeros de dieciséis años, cuando él en realidad tenía veinte.

"Me había quedado huérfano, necesitaba un medio de vida" admitió el viernes el jugador, que subraya que con esta confesión se ha quitado "un gran peso de encima".

"No me encontraba bien conmigo mismo -añade-, hace tiempo que había decidido dar este paso". El jugador, que ha mantenido durante seis años una identidad falsa, dice ahora que desea que su hijo Felipe "recupere su verdadero apellido".

Eriberto/Luciano se encuentra actualmente en Sao Paulo, acompañado de su representante, Luis Pedrinho, para solucionar su situación legal con las autoridades brasileñas.

Siempre según el "Corriere", los directivos del Chievo se han mostrado comprensivos y han ofrecido todo su apoyo al que ha sido una de sus principales estrellas durante las dos últimas temporadas.

El jugador también había pertenecido a la plantilla del Bolonia en la temporada 1999-2000, a su llegada al fútbol italiano.