Los Rossoneros empiezan a dar la vuelta

En el partido de ida por la final de la Copa Italia, el Milán, con una excelente segunda mitad, goleó de visitante por 4-1 a la Roma y dejó prácticamente sentenciado su triunfo; la revancha será el 31 de mayo

(Reuters)
ROMA -- El Milán, con una excelente segunda mitad se ha llevado un triunfo en terreno del Roma, por 1-4, en la ida de la final de la Copa de Italia de Fútbol, que ha dejado prácticamente sentenciado su triunfo en una competición, cuyo trofeo es el único que falta en sus vitrinas desde que Silvio Berlusconi compró el club.

Un triunfo milanista inesperado, pues se ha producido sin gran parte de sus habituales titulares y, sobre todo, tras un primer periodo donde fue a remolque del Roma, que se fue al descanso con ventaja. Luego, en la segunda mitad, llegó el festival goleador de un Milán que endosó cuatro tantos a su rival.

Viene, además, a romper la imbatibilidad del Roma en su estadio "Olímpico" en la actual edición de la Copa de Italia.

El técnico milanista Carlo Ancelotti, como estaba anunciado por aquello de la proximidad de la final de la UEFA Champions League, afrontó el partido sin siete de sus habituales titulares y dando entrada, entre otros, a Roque Junior, Laursen, Helveg, Brocchi, Fernando Redondo como "faro" del centro del campo, y a Serginho, Rivaldo y Tomasson.

Es decir, un "Milán B", aunque, eso sí, con algunos nombres de calidad que harían feliz a más de un equipo.

Fabio Capello, entrenador del Roma, en cambio, puso en cancha a sus titulares ya que recuperó a su capitán y estrella Francesco Totti y al brasileño Marcos Cafú, ambos ausentes en los últimos encuentros por lesión.

Como era previsible el Milán intentó hacerse más con el control del balón, mientras que la presión, agresividad y velocidad las ponía el Roma. Y también como podía vislumbrase el encuentro resultó nervioso y ya de inicio contó con algún que otro roce entre los jugadores.

El mayor toque del Milán le hizo controlar los primeros minutos y gozar de la primera mejor ocasión para marcar. Se lo impidió el arquero romanista Pellizoli con una espléndida intervención a disparo de Tomasson (m.10). Sería la única de toda la primera mitad.

Diez minutos después, con un Roma ya más metido en el partido, fue el arquero milanista Abbiati quien evitaría el tanto local en un disparo colocado de Cassano. El equipo romanista había crecido, empujaba más y el Milán empezaba a sufrir, sobre todo ante la fuerte presión a que era sometido.

El sufrimiento del Milán aumentó en el minuto 28, cuando Totti, en saque directo central de tiro libre alojó el balón en el área visitante ante un Abbiati algo despistado por la potencia del punterazo del romanista.

Estaba claro que el Roma sentía más el partido -la conquista del trofeo pasa por ser su tabla de salvación a una mala temporada- que un Milán con la mente y el espíritu en el partido decisivo de la UEFA Champions League que la semana próxima le enfrentará al Juventus Turín.

Además, en el Milán ni Redondo encontraba el ritmo justo ni Rivaldo, pese a esforzarse y bajar en búsqueda de balones, ponía la calidad ni peligrosidad que su equipo necesitaba para frenar la mayor tensión y fuerza de un rival que, fiel a su estilo, no quería tanto la posesión del esférico y si la recuperación y rápida verticalización.

Pero, nunca mejor indicado, todo cambió tras el descanso. Salió un Milán más vivo, que adelantó sus líneas y no esperó tanto a su rival. Ello le dio el dominio y le permitió acercarse con peligro ante la meta de un Roma que ya no ejercía la fuerte presión del periodo anterior.

Redondo y Ambrosini tocaban con mejor criterio en el centro del campo, mientras Serginho y Rivaldo estaban más móviles y entonados.

El partido cambió tanto que el Milán no sólo encontró el empate en un penalti anotado por Serginho (m.61), por mano de Panucci, sino que prácticamente dejó la Copa ya en sus vitrinas con tantos casi consecutivos de Ambrosini (m.70), en remate de cabeza demasiado en solitario que dio en el pecho de Zebina y despistó a Pellizoli, y nuevamente de Serginho (m.72), al romper con velocidad la defensa local.

El Roma estaba tan hundido como mudo su público, aunque en medio de los tantos milanistas pudo haberse adelantado en el marcador en un disparo de Emerson (m.65) que terminó con el balón en el palo derecho o, tras el rechace, en el consiguiente remate de cabeza de Panucci que paró Abbiati sobre la línea del arco.

La parte negativa para Ancelotti fue que tuvo que sustituir a Tomasson, por un problema en un hombro, saliendo Shevchenko.

Capello recibió poco después los silbidos del aficionado romanista que no entendió la sustitución de Cassano para dar entrada a un Delvecchio ya recuperado de su lesión.

Y Shevchenko (m.89), ante un Roma roto, puso la guinda casi al final con el cuarto tanto de su equipo. El equipo romano fue despedido con una sonora silbatina por parte de una decepcionada afición que creía tener ya el trofeo en sus vitrinas. Los"suplentes" milanistas habrían arrollado a los titulares romanistas.

En cambio, quien prácticamente lo tiene es el Milán, que no gana la Copa de Italia desde 1997, pues la vuelta del 31 del presente mayo, pase lo que pase en "Old Trafford", no debe cambiar nada.

- EFE


 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Copa Italia
martes, 20 de mayo
Portada