El Lazio, que continua sumando por triunfos todos sus partidos foráneos, se mantiene como segundo clasificado, a un punto del Milán, mientras que el Juventus, que pierde su primer encuentro en casa en la liga, desciende al quinto lugar, a seis puntos del liderato.

El partido resultó interesante, jugado con intensidad y con un Lazio muy superior. El Juventus Turín se presentó con la novedad del chileno Marcelo Salas como compañero de ataque de Alessandro Del Piero y jugó con más ansía y presión.

El Lazio, por su parte, tuvo la baja por sanción de su central portugués Fernando Couto, por lo que el holandés Jaap Stam volvió al centro y Massimo Oddo salió en el lateral derecho. Pero, sobre todo, el equipo estuvo muy atento, ordenado, con buenos apoyos y esperó con tranquilidad la ocasión para lanzar su mortal contragolpe.

Fue al contraataque con lo que el Lazio empezó pronto a meter miedo a su rival. El primer aviso lo dio por la banda izquierda del brasileño César, quien, en el minuto 11, obligó al meta Buffon y al defensa uruguayo Paolo Montero a una doble intervención para evitar el gol lacial.

El Lazio empezó a controlar, a dominar mejor a un Juventus perdido y que bien puede dar gracias a su meta Buffon, que realizó dos excelentes ocasiones ante remates de Corradi (m.13 y 30).

El equipo lacial del técnico Roberto Mancini merecía ir por delante en el marcador. No lo había conseguido y pronto lo pagó caro. Fue castigado, precisamente por su ex jugador, el checo Pavel Nedved, quien recibió de Del Piero y, de disparo raso y cruzado, batió al ex-meta juventino Angelo Peruzzi (m.34).

El 1-0 era injusto, pero se mantuvo muy poco tiempo en el marcador. Apenas un minuto, pues Stefano Fiore, también de disparo cruzado, batió al hasta ese momento insuperable Buffon.

Las cosas se volvían a equilibrar en el marcador, pero no así sobre el campo. Y es que el Lazio volvió a gozar de la mejor ocasión antes del descanso, pero, una vez más, Buffon lo evitó en doble intervención a disparos consecutivos de Stankovic (m.37).

Marcello Lippi, técnico del Juventus Turín, quiso dar mayor velocidad a su equipo al sacar de inicio en la segunda mitad al argentino Camoranesi, que salió sorprendentemente en el lugar de Nedved, que no pareció retirarse lesionado.

Y quien golpeó fue el Lazio, que situó el 1-2 (m.50) con un nuevo excelente disparo de Fiore desde el borde del área.

El Lazio, con un buen gusto de juego, sin dar un mal patadón al balón y buscando sacarlo desde atrás jugado con criterio, y con una ordenada contención, estaba dando toda una lección, y dejando en evidencia, a un Juventus Turín, que estaba tan espeso como la niebla que apenas empezó a impedir seguir el partido desde las gradas.

Lippi, casi a continuación, metió a Marco Di Vaio por un Salas que poco más que ganas había evidenciado. Su equipo empujó, pero lo hizo de una forma alocada, evidenciando en exceso la marcha de Nedved y facilitando la labor de un rival donde se hacía notar el buen trabajo en el medio campo de Stankovic y del argentino Diego Pablo Simeone.

El Lazio no perdió en ningún momento la compostura e, incluso, al contragolpe pudo haber aumentado su ventaja. Así, salvo en algún que otro intento de disparo lejano, el más peligroso obra del holandés Edgar Davids que fue bien detenido por Peruzzi (m.80), el Juventus apenas inquietó la meta rival.