"Yo jugaba en el Barcelona y era feliz, era un paraíso, no sabía que existía otro más grande, el Milan", dijo el pentacampeón del mundo, quien se mostró tan contento que dijo que ni siquiera le molestaba cuando no estaba entre los titulares: "la banca de las reservas forma parte de la cancha, se habla, se grita, se participa y después se entra y se juega".

Señaló que el único problema que tiene es el del idioma. "Estoy estudiando, me estoy preparando, el italiano no lo hablo, pero lo entiendo bien, dentro de poco lo hablaré como Serginho", su compañero de equipo, quien lo mezcla con el portugués.

Y cuando se le preguntó si luego alcanzaría el nivel idiomático de su compañero Leonardo, Rivaldo contestó: "difícil, Leonardo es Leonardo, él conoce todas las lenguas del mundo". Leonardo volvió hace poco tiempo al Milán, aunque todavía no ha jugado.

Apuntó que en Italia es más difícil jugar que en España porque a su juicio las defensas marcan "mucho más fuerte".

Sobre el partido Juventus-AC Milan, que se juega el domingo y es el más importante de la novena fecha del campeonato italiano, dijo que se trata de "un desafío de dos grandísimos clubes".

"Un partido así, agregó, no hay necesidad ni siquiera de prepararlo, crece por sí solo y te entra adentro naturalmente".

Por otra parte, comentó que se había negado a que le hicieran una estatua en Recife, su ciudad natal, y expuso sus razones para ello.